Jason Mraz, el cantante y compositor norteamericano, volverá al país después de 10 años para presentarse en Buenos Aires.
El músico se presentará el viernes 27 de febrero de 2026 en el Teatro Gran Rex.
Las entradas se podrán a la venta mañana miércoles 19 de noviembre a las 12 del mediodía únicamente en la web de TuEntrada.com.
Entre el crecimiento interior y la búsqueda de equilibrio
En una entrevista Jason detalló cómo es cuando va al estudio a componer: "Cuando hago un álbum, es lo que estoy procesando o aprendiendo en mi vida". Ese proceso incluye dudas y aprendizajes. "Todavía no soy un maestro en el amor; todavía no formé una familia ni tuve una relación duradera".
Su mirada sobre el amor se volvió uno de los ejes centrales de esta etapa. "El amor es una elección que hacemos... Si elegís ver amor, siempre tenés el poder de ver amor en el mundo, en cualquiera, en cualquier cosa, en un enemigo... El amor es una elección". Sin embargo, Mraz tampoco evita hablar de sus crisis: "A veces me vuelvo absolutamente loco... ¿Por qué me estoy volviendo loco?".
Para sostenerse, sigue rutinas que lo conectan con su cuerpo: "Lo equilibrio haciendo yoga o algún tipo de actividad física". En su vida diaria, esas prácticas son parte fundamental de su estabilidad emocional: "Para mí, eso ayuda a mantener el balance... simplemente ser amor... compartir... esa es la mejor forma de experimentar realmente el amor".
Su transformación reciente también expuso heridas profundas, especialmente vinculadas a su separación. Lo expresó así: "Cargás mucho de vergüenza y culpa. Es difícil atravesar eso y difícil desarmarlo, y básicamente lo que describo es un divorcio". Incluso recordó los desafíos de su participación en Dancing With the Stars: "Encima mi pareja, mi coach, me pedía moverme de formas en las que nunca me moví antes... y mi reacción era: 'Me veo ridículo'. Después rompés eso... y eventualmente se vuelve confianza".
Hoy Jason reflexiona sobre su propia evolución con una honestidad desconcertante: "Me doy cuenta de que no soy algo final. Y cuanto más crecemos y desplegamos nuestras alas, más queer creo que podemos volvernos todos". Ese pensamiento se enlaza con su visión sobre el amor: "Cuando no nos limitamos a una construcción de con quién se supone que debemos estar enamorados... podemos encontrarnos atraídos por cualquier tipo de persona".
También recuperó memorias dolorosas: "Romper corazones... Cuando sos joven y las relaciones no funcionan, quedás con una sensación de fracaso o vergüenza". Hoy intenta reparar esos vínculos: "Estoy muy feliz... siento que hice mucho trabajo para sanar esas relaciones".
El camino hacia la aceptación total también exigió introspección profunda: "Tenés que sanar todas las relaciones del pasado que puedas, y al mismo tiempo entrar en esta nueva aceptación... eso también es difícil". Mraz incluso reconoció cómo se percibía públicamente: "Voy a admitir que probablemente pasé los primeros casi 20 años de mi carrera transmitiendo como si fuera hetero".
La naturaleza se volvió otro pilar en su aprendizaje emocional. Lo resumió así: "Aprendí muchísimo plantando árboles... Las cosas llevan tiempo, necesitan cuidados, y los árboles me enseñaron eso". También expresó una reflexión sobre paciencia y ritmo: "Plantar un árbol y esperar años y años para ver un resultado está bien. Vivimos en un mundo donde todo es ir, ir, ir. Trabajamos todo el tiempo... En la naturaleza, la mayor parte del planeta tiene un invierno donde se apaga".
Al mirar su presente, Mraz entiende que su historia está lejos de concluir. "La vida es básicamente viajar en el tiempo, y la música es una gran forma de viajar en el tiempo... Siento que estoy justo en el medio de mi viaje".
