Una de las bandas más importantes del Black Metal en la actualidad, Psychonaut 4, se presentará en 2026 en Argentina.
El conjunto dará un show el jueves 12 de febrero en Uniclub.
Las entradas ya están a la venta en la web de AlPogo en este enlace.
La banda georgiana Psychonaut 4 nunca tuvo miedo de decir lo que piensa ni de explorar los rincones más oscuros de la mente humana. Su propuesta musical nació con una premisa cruda: “Queríamos sonar como la voz de una persona deprimida y suicida que no se toma en serio las cosas, una persona que se ríe de sus problemas, de la vida misma, porque no hay otra forma de escapar”, declararon.
En su visión, el sonido y la temática no podían ser luminosos. “Somos adictos a las drogas y al alcohol… y vimos muchas cosas. Así que sabíamos que nuestra música no sería feliz, melancólica o romántica, sino algo mucho más oscuro y sucio”, contaron sin filtro.
El nombre de la banda también carga un peso simbólico: “Elegimos el nombre Psychonaut 4 en honor a un trío de chicos que conoció nuestro ex bajista en un psiquiátrico. El número 4 representa a la muerte, ya que la música que hicimos en ese período era un canto fúnebre”, explicaron. Y sobre la figura del psychopompo, agregaron: “Es un ser que transporta las almas de los muertos al más allá. Creo que en nuestro caso, el psychonauta soy yo, y yo soy el único que decide si quiero o no terminar con mi vida”.
Lejos de buscar glamour en el sufrimiento, lo entienden como una vía de expresión. “Para mí, Psychonaut 4 siempre fue una especie de terapia. A veces las palabras son suficientes”, aseguraron. Incluso marcaron distancia de los estereotipos: “No somos depresivos ni suicidas en un 100%, somos seres humanos que tenemos sentimientos”, y sobre su identidad musical aclararon: “No usamos ‘black’ en nuestra descripción de género, somos simplemente ‘depresivos’ porque nuestra música es sobre eso: la depresión”.
Letras directas, dolor como musa y rechazo a las reglas
En lo lírico, Psychonaut 4 es frontal. “Nuestra música se basa en experiencias personales. La mayoría de nuestras letras provienen de mis propios demonios internos”, revelaron. Y el proceso no es suave: “Cuando escribo letras, trato de revivir mis recuerdos más dolorosos. Es como si me estuviera infligiendo dolor mental. Es muy terapéutico”.
Con la misma crudeza, afirmaron: “Mis letras son bastante directas. Lo que quiero decir lo digo sin rodeos. No me preocupo por la censura o por si a la gente le gustará o no”. En estudio, llegaron a buscar una experiencia más allá de lo musical: “Quería hacer algo que no fuera solo música, sino una experiencia completa. Por eso incluimos la voz de la madre de nuestro bajista en una de nuestras canciones, para añadir un toque personal”.
Su visión de la escena es crítica. “El black metal se volvió muy predecible… debería ser una música que no tiene reglas, que no tiene límites”, sentenciaron, remarcando que “el DSBM no es un género, es una forma de expresión”.
En cuanto al impacto en la audiencia, fueron claros: “Nuestra música no es un llamado al suicidio. Es una terapia. Es una forma de decir que no estás solo”, defendieron. Y sin importarle las críticas, concluyeron: “No me arrepiento de nada de lo que hice en mi vida. Si no hubiera pasado por todas esas cosas malas, no estaría acá hoy”.
