Esta semana se estrena en cines "Noise: Sonidos del más allá", película de terror surcoreana nominada en la categoría "Mejor película" en el festival de cine Sitges, uno de los premios más prestigiosos del género.
La sinopsis nos detalla la historia de una mujer que sufre una discapacidad auditiva que se ve atormentada por sonidos que se relacionan con la desaparición de su hermana y las apariciones de una entidad maligna.
Todo el drama esconde un secreto muy oscuro donde el espíritu mostrará su identidad y el horror se desatará.
En diálogo con Eye For Film, el director de la película, Kim Soo-jin, destacó: “El cine es una forma interesante de arte, y especialmente en el caso de Noise, la forma en que combina imagen, sonido e historia”. La importancia del diseño sonoro fue uno de los ejes centrales de su proceso creativo: “Me importa mucho el sonido en las películas de horror. A partir de mis experiencias en el set con la grabación de sonido, llegué a valorar la importancia del sonido, lo que es especialmente importante para esta película porque el sonido es el centro de la historia”, explicó.
Los ruidos se convierten en protagonistas, al punto de ser una amenaza tangible: “Los ruidos que escuchamos entre los distintos departamentos son uno de los sujetos principales de la película, y por eso, el sonido realmente acompaña durante todo el film”, expresó en Eye For Film.
La intención de Soo-jin fue que el público se involucrara desde el inicio: “Era importante poner del lado del público desde el principio. Quería explicar la historia de cómo la hermana desapareció y que, antes de que ella desapareciera, estuviera experimentando estos ruidos intercapas. También era importante que el público empatice con lo frustrante que es este tipo de ruido, de primera mano, desde el inicio”.
Ese realismo, sin embargo, vino acompañado de dudas: “Tengo un poco de miedo de hacer sentir al público incómodo, hasta el punto de que sea difícil de mirar. Pero aún así quería tener un equilibrio con eso y no tratar de evitar hacer que la gente se sienta demasiado incómoda, aún al riesgo de perder el elemento empático”, confesó la cineasta.
Para lograr contraste con el horror, la película también incorpora momentos de ternura. “Creo que cuando hay momentos tiernos entre los personajes antes de que experimenten el horror, eso en realidad sirve para enfatizar la brutalidad del horror. Así que esa fue una de las razones por las que queríamos tener esa ternura”, señaló.
Uno de los puntos que más remarcan sus declaraciones es la relación con el público. “Considero mucho la perspectiva del público. Quiero ser amable y amigable y que acepten el final de la película. Pero esta vez me desafié a mí misma al negarme a explicar ciertas cosas, porque lo sobrenatural en el horror es naturalmente inexplicable. Y si explicás demasiado, deja de ser divertido”, sostuvo.
En un contexto cultural donde las redes sociales moldean la manera en que consumimos historias, Soo-jin planteó una preocupación: “La audiencia debería tener su propia interpretación de la película y sus propios sentimientos persistentes también. Últimamente observé con gente que usa smartphones y con la popularidad de contenido de formato corto como TikTok, que la audiencia se está volviendo más objetiva, y quieren respuestas claras con una interpretación que sea la correcta”.
Por eso, defendió con fuerza la especificidad del cine: “Al final del día, las películas no pueden convertirse en videos de TikTok — no son lo mismo. Necesitamos enfatizar por qué las películas son películas y destacar las fortalezas del cine. Ojalá esto motive al público a interesarse por películas como películas y fortalezca el cine. Y quiero hacer más películas interesantes, como Noise, en el futuro”, finalizó.
