Se terminó la espera. Tras décadas de intentos fallidos, inversiones millonarias y planteles repletos de estrellas, el París Saint-Germain finalmente conquistó su primera Champions League.
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El ansiado titulo llegó con verdadero baile incluido: vapuleó 5-0 al Inter de Milán en la final disputada en el Allianz Arena de Alemania, dejando en claro que el trono europeo no le queda grande.
El equipo dirigido por Luis Enrique fue dueño del partido de principio a fin y se suma a la lista de ganadores del máximo trofeo continental de clubes.
Paris Saint-Germain hizo historia y levantó su primera Liga de Campeones
A los 12 minutos, Achraf Hakimi hizo valer la inexorable ley del ex y rompió el cero empujando la pelota hacia la red tras una gran jugada colectiva con Ousmane Dembelé.
Apenas ocho minutos después, en el minuto 20, el joven Desire Doué amplió la ventaja y empezó a inclinar la balanza de manera definitiva en un primer tiempo arrasante para los franceses.
Ya en el complemento, lejos de replegarse, el PSG fue por más. Doué volvió a aparecer a los 63 para marcar el tercero y Khvicha Kvaratskhelia, el georgiano que llegó esta temporada como gran apuesta, parecía sellar la goleada a los 73 minutos.
Pero todavía quedaba más. En el minuto 84, ingresó el juvenil Senny Mayulu y dos minutos más tarde, como en un guión perfecto, puso el 5-0 definitivo con un derechazo cruzado tras una asistencia de Barcolá. El broche ideal para una noche soñada.
El Inter, que venía de eliminar al Barcelona en semifinales, nunca encontró respuestas ante el ritmo y la intensidad del conjunto francés. Ni Lautaro Martínez ni Marcus Thuram lograron inquietar a una defensa sólida y bien parada.
Para el club parisino, este título representa mucho más que una copa: es la culminación de un sueño largamente postergado. Después de las frustraciones en 2020 (cuando cayó en la final ante el Bayern) y años de quedarse en la puerta, esta vez no hubo margen para la duda.
Luis Enrique, con un plantel más equilibrado y menos mediático que el de años anteriores, encontró la fórmula para construir un equipo campeón de verdad. Sin Mbappé, Neymar ni Messi, el PSG apostó por una nueva generación... y ganó.
