El árbitro del encuentro fue Hernán Mastrángelo, mientras que en el VAR estuvo Salomé Di Iorio. El único gol del partido lo convirtió Nicolás Garayalde en tiempo de descuento, a los 92 minutos, desatando el festejo de los hinchas triperos.
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El inicio del partido estuvo marcado por el descontento de la gente, que expresó su malestar por el flojo presente del equipo con cánticos en las tribunas. En el campo de juego, Platense tomó la iniciativa durante los primeros minutos, dominando la posesión e insinuando peligro, aunque sin lograr abrir el marcador. Gimnasia, por su parte, apostó al contragolpe, con Alejandro Piedrahita como conductor, aunque sólo logró inquietar con algún remate de media distancia.
Sobre el final del primer tiempo, el Lobo mejoró: empezó a manejar más la pelota y empujó a su rival hacia su propio campo, aunque también sufrió algún susto, como una buena jugada individual de Tomás Silva, lateral de Platense.
El segundo tiempo fue deslucido, con pocas ideas de ambos lados. Los pelotazos imprecisos y la falta de variantes ofensivas marcaron el desarrollo, mientras que el arquero Nelson Insfrán sostuvo el cero para Gimnasia con una destacada atajada a un cabezazo de Ronaldo Martínez pasada la media hora.
Cuando parecía que el empate era inevitable, llegó el desahogo: tras un tiro de esquina, Nicolás Garayalde apareció en el área para conectar un potente cabezazo que selló el 1-0 definitivo. Así, el equipo de Diego Flores se reencontró con el triunfo después de dos meses, cerrando el torneo con una alegría que parecía postergada.
