El estreno de 50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa volvió a poner en escena uno de los episodios más conmocionantes de los últimos años. La serie documental incluye, por primera vez, declaraciones grabadas dentro de la unidad penitenciaria de Melchor Romero, donde seis de los rugbiers condenados cumplen sus penas.
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Entre ellos aparece Máximo Thomsen, sentenciado a prisión perpetua, quien admite que durante los primeros meses no quiso recibir visitas por “vergüenza” y reconstruye cómo, según su versión, el alcohol dominó aquella jornada en Villa Gesell. Asegura que su discusión previa había sido “con la seguridad” del boliche y que no vio lo que ocurría alrededor.
También habla Luciano Pertossi, otro de los condenados a perpetua, quien describe el juicio como “injusto” y relata la angustia que le generó ver a su familia involucrada. Su hermano Ciro sostiene que “la condena social” llegó antes de la sentencia y que la experiencia lo obligó a revalorizar aspectos de su vida previa.
Enzo Comelli expresa un arrepentimiento que define como permanente, mientras que Blas Cinalli —condenado a 15 años— desmiente rumores mediáticos sobre su entorno familiar. Ayrton Viollaz, quien recibió la misma pena, afirma que la noche del ataque “estaban todos borrachos” y asegura que intenta aferrarse a la idea de una vida fuera de prisión.
El documental combina estas confesiones con material de archivo, reconstrucciones y testimonios del entorno de Fernando, en un repaso minucioso por el crimen ocurrido en enero de 2020 que aún hoy marca un antes y un después en la discusión pública sobre la violencia juvenil.
