La noticia fue recibida con entusiasmo por miles de fieles congregados en la Plaza San Pedro, que celebraron con emoción el anuncio del nuevo líder espiritual de la Iglesia. Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost cuenta con una sólida trayectoria dentro de la Iglesia, que incluye su trabajo misionero en Perú y su rol más reciente como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, cargos que asumió en enero de 2023.
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Prevost, que se desempeñaba como obispo de Boston, era uno de los nombres más resonantes para suceder al papa Francisco. Con su elección, se abre una nueva etapa para el catolicismo global, con un pontífice norteamericano al frente de la Santa Sede.
El pontificado de Francisco marcó una era de reformas y gestos de apertura en la Iglesia Católica. Durante más de una década, el papa argentino colocó en el centro de su agenda temas como el cuidado del planeta, la defensa de los migrantes, la lucha por la justicia social y una Iglesia más inclusiva. También dejó abiertas heridas internas y resistencias al cambio que siguen vigentes.
Ahora, con su sucesor recién elegido, la mirada global se posa sobre el nuevo Papa, quien deberá decidir si continúa con el rumbo pastoral trazado, si ajusta ciertas políticas o si emprende un giro más conservador. Su liderazgo será puesto a prueba no solo por las expectativas internas, sino también por un mundo que demanda respuestas urgentes en medio de cambios sociales y culturales profundos.
La tarea que le espera es compleja: sostener el equilibrio entre tradición y modernidad, unir a una Iglesia a veces fragmentada y renovar su conexión con millones de fieles. En definitiva, más que un heredero, el nuevo pontífice será el arquitecto del próximo capítulo en la historia del Vaticano.
