Después de las elecciones bonaerenses de septiembre, la UCR La Plata quedó envuelta en fuertes tensiones internas. Un sector publicó un comunicado en el que calificó el resultado como “la peor derrota electoral” y acusó a la conducción local de carecer de rumbo político.
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El texto apuntó contra el rol de los concejales radicales, a quienes acusaron de actuar como “apéndice” del oficialismo local en el Concejo Deliberante. También denunciaron supuesta colaboración entre militantes peronistas y radicales durante la campaña, con distribución conjunta de cartelería y boletas. “¿Qué otro resultado se podía esperar si la boleta ‘rosa’ era la boleta ‘blue’ del gobierno municipal?”, ironizaron.
La crítica se centró además en la interna partidaria: señalaron que la fórmula Nicoletti-Bártoli no alcanzó el 55% requerido por la carta orgánica para la reelección, lo que dejó al partido acéfalo. Para los firmantes, esa situación evidenció la falta de legitimidad política y moral de la actual conducción.
Desde la línea interna Adelante, los militantes llamaron a recomponer la institucionalidad y a trabajar en unidad para recuperar competitividad electoral. “Vamos a salir adelante todos juntos”, cerró el comunicado, planteando que la única salida es un esfuerzo colectivo que devuelva representación al radicalismo platense.
