Este miércoles no es una jornada más en el Congreso de la Nación. Es un día clave en la lucha por la recuperación de derechos y la defensa del Estado como garante de salud, educación y equidad social. La Cámara de Diputados se encamina a una sesión histórica, impulsada por la oposición, para frenar el avance destructivo del gobierno de Javier Milei, que ya vetó leyes votadas por unanimidad y ahora intenta paralizar cualquier iniciativa que proteja a los sectores más vulnerables.
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El temario incluye dos proyectos fundamentales: la emergencia en pediatría, que busca garantizar el funcionamiento del Hospital Garrahan, y el financiamiento universitario, una deuda pendiente tras el veto presidencial al proyecto aprobado en 2024. Ambas iniciativas cuentan con dictámenes previos y amplio respaldo social, pero su tratamiento fue postergado por la presión del Ejecutivo, que teme otra derrota legislativa.
La sesión también contempla el rechazo al decreto 462/25, que elimina la autarquía del INTI y el INTA, debilitando la soberanía tecnológica y productiva del país. En paralelo, la oposición intentará avanzar con proyectos de los gobernadores que ya cuentan con media sanción en el Senado: la modificación del régimen de ATN y la eliminación de los fondos fiduciarios. La estrategia apunta a forzar el tratamiento de estas iniciativas en una Comisión de Presupuesto paralizada por José Luis Espert.
Desde el gobierno, la respuesta fue una operación desesperada para impedir el quórum: llamados a diputados del centro, presión sobre gobernadores y una reunión urgente del bloque libertario. Sin embargo, el bloque opositor se mostraba confiado en alcanzar los 129 presentes necesarios. El cierre de alianzas previsto para este jueves atraviesa las negociaciones, y se teme que provincias que sellaron pactos electorales con el oficialismo bajen a sus diputados de una votación clave.
En las afueras del Congreso, como cada miércoles, el pueblo vuelve a ser protagonista. Jubilados, trabajadores del Garrahan, científicos del INTI e INTA, y personas con discapacidad se movilizan para hacer oír su voz. El Congreso militarizado es una postal que contrasta con la esencia democrática que hoy se defiende.
La jornada de hoy no es solo legislativa: es política, es simbólica, y es profundamente humana. Se trata de frenar un modelo que mutila el presente y clausura el futuro. De reafirmar que en Argentina los derechos se conquistan, pero también se cuidan. Y que ningún veto, por más autoritario que sea, puede suprimir la voluntad popular cuando esta se organiza y resiste.
