La ciudad de Salto, ya afectada por la crisis económica derivada de la situación cambiaria entre Argentina y Uruguay, enfrenta ahora un duro golpe con el cierre inesperado de la empresa canadiense Boreal, que había sido anunciada como un importante impulsor de la economía local. La planta procesadora de cáñamo medicinal, inaugurada en septiembre de 2020 con la presencia de una pomposa delegación gubernamental y la embajadora de Canadá, generó expectativas de crear alrededor de mil puestos de trabajo directos e indirectos.
Sin embargo, las esperanzadoras proyecciones se disiparon con el tiempo, y lo que parecía ser una prometedora oportunidad para Salto se convirtió en una decepción. A lo largo de las zafras, la actividad de la planta fue en declive, y la nómina de empleados se redujo significativamente. De casi 400 trabajadores iniciales, solo 40 permanecieron en planilla este año.
La situación laboral se volvió cada vez más incierta para los empleados, quienes, tras ser suspendidos mediante el seguro de paro, fueron sorprendidos con la noticia de que la empresa cerró definitivamente, despidiéndolos a través de mensajes de WhatsApp. La falta de claridad sobre quién era el representante de Boreal dificulta la búsqueda de soluciones para los trabajadores afectados.
Un ex trabajador expresó su descontento: "La veíamos venir (el cierre de la empresa), solo era cuestión de tiempo. Pero no deja de sorprender y ser de mal gusto que te despidan con un mensaje de WhatsApp".
La preocupación también llegó al Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, ante la incapacidad para identificar al representante de la empresa y la falta de respuesta por parte de Boreal. El sindicato Utrau, que defiende a los trabajadores, confirma que la mayoría de los despidos se comunican electrónicamente y que, en algunos casos, aún se adeudan indemnizaciones y compensaciones.
Las especulaciones indican que el cierre de la compañía podría deberse a un conflicto con los inversores canadienses debido a presuntas irregularidades en los informes financieros presentados por el director de la empresa en Uruguay. Esta situación ha llevado a acciones judiciales en Canadá, congelando los bienes del denunciado y sumiendo a Boreal en una incertidumbre aún mayor.
La intervención del Ministerio de Trabajo busca encontrar una solución y establecer un diálogo entre las partes involucradas, pero las incógnitas sobre la gestión de la empresa siguen presentes. La designación de un interventor en marzo pasado aumentó el misterio detrás de los acontecimientos en Boreal.
Mientras tanto, la ciudad de Salto clama por respuestas. El intendente Andrés Lima exige acciones concretas del gobierno nacional para resolver el problema de desempleo y mantener la inversión en la región. La Junta Departamental también se une a esta preocupación, enviando comunicaciones a diversas autoridades en busca de respuestas.
El cierre de Boreal representa un nuevo golpe para el departamento de Salto, dejando a muchos trabajadores desamparados y sumando dificultades a una economía ya afectada. La incertidumbre sobre el futuro de la empresa y la identidad de sus representantes plantean una serie de desafíos que deben abordarse de manera urgente para asegurar la estabilidad y el bienestar de la comunidad local.
Ante este panorama, el intendente de Salto, Andrés Lima, expresó su preocupación y cuestionó la promoción de inversiones como la de Boreal: "El Presidente Lacalle Pou y el Secretario Álvaro Delgado, en 2020 inauguraron la planta industrial para el secado de cáñamo afirmando que generaría 5,000 puestos de trabajo. ¿Qué pasó? ¿Un pequeño error de cálculo? Tres años después, la fábrica cerró, despidió por mensaje de WhatsApp a los trabajadores y dejó en banda a productores. Este es el tipo de inversiones que promueve el Gobierno Nacional".
