La inflación interanual de septiembre en el Reino Unido supero el 10,1% debido al aumento de los precios de los alimentos y se mantiene en el nivel más alto de los últimos 40 años, según informó la Oficinal Nacional de Estadísticas (ONS), el Indec británico.
El índice de precio al consumo (IPC) creció fuertemente debido al incremento de los servicios, principalmente la electricidad y el gas, así como el aumento de las bebidas no alcohólicas, el transporte y los alimentos.
En los últimos meses el IPC de Reino Unido se mantuvo en una clara tendencia al alza, lo que ha obligado a los bancos a subir los tipos de interés para contrarrestar el aumento. Tal es así que el Banco de Inglaterra subió hasta un 2,25%, su nivel más alto desde el 2008.
El director de estadísticas económicas de la ONS, Darren Morgan, aseguró que el preocupante dato inflacionario se debió en su mayoría a los “incrementos adicionales en los alimentos, que experimentan su mayor aumento anual en más de 40 años”.
“Estos aumentos fueron parcialmente contrarrestados por las continuas caídas en los costes de la gasolina, con los precios de las aerolíneas cayendo más de lo normal para esta época del año y los precios de los automóviles usados también subieron menos que los grandes aumentos observados el año pasado”, agregó.
A medida que pasan los días, la primera ministra Liz Truss ve tambalear su figura política tras despedir al ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, para reemplazarlo por Jeremy Hunt, en apenas seis semanas en el cargo.
Fuentes cercanas al Partido Conservador aseguran que mostrarla firme en el cargo puede generar “estabilidad” en los mercados a pesar de que cambió gran parte de su gabinete y descartó que alguien de su espacio le haya solicitado la renuncia.
También dio marcha atrás con la rebaja de impuestos
A poco más de un mes de la presentación de un presupuesto con recortes impositivos, el Gobierno del Reino Unido decidió dar marcha atrás con la baja de impuestos pactada a mediano plazo y que implicaba un alivio por 32.000 millones de libras.
La decisión se debe a que el recorte generó un amplio rechazo en los mercados británicos de bonos y en los fondos de pensiones, todo esto en medio de un contexto de déficit fiscal, recesión y elevada deuda.
El recientemente nombrado ministro de Economía del Reino Unido, Jeremy Hunt, admitió “errores” en el rumbo que se planteó anteriormente y le anticipó a los ciudadanos que se avecinan “tiempos difíciles” en los que no solo no habrá recorte de impuestos, sino que “algunos subirán”.
“Fue un error, cuando estábamos dispuestos a tomar decisiones complicadas respecto a impuestos y a recorte en el gasto público, que suprimiéramos el tipo máximo del IRPF para las rentas más altas”, admitió el funcionario británico.
“Los impuestos no van a bajar tanto como algunos ciudadanos hubieran querido. Algunos incluso van a subir, pero a la vez ofreceremos ayuda a las empresas, hogares y personas vulnerables que están luchando por salir adelante en una situación muy dura”, agregó.
