La poderosa banda de punk japonesa, Otoboke Beaver, llegará con su enérgico e impresionante show a Argentina.
El conjunto se presentará el jueves 6 de noviembre en Niceto Club.
Las entradas ya se poden adquirir en la web de Passline en este enlace.
Desde sus inicios, el grupo entendió la música como un territorio de libertad. “No somos punk”, afirma Pop, bajista de la banda. “No nos importa el género. Solo hacemos lo que queremos.”
“Queremos tocar en todos los lugares posibles”, declara la cantante Accorinrin. “Queremos que la gente escuche nuestra música en todo el mundo.” Aunque este es su deseo, su arte se mantiene auténtico al 100%. “No me interesan las letras generales o abstractas”, explica Accorinrin. “Quiero cantar lo que realmente siento.”
Su propuesta escénica se define mejor con la experiencia en vivo. Cuando se le preguntó a Accorinrin, cantante y líder del grupo, por qué eligieron el punk como lenguaje artístico, respondió con firmeza: “No puedo explicarlo acá, así que por favor vean nuestro show en vivo.”
Esa honestidad también puede verse en su actitud. “No me interesa lo 'cool' ni lo 'lindo'”, afirma Pop. “Quiero hacer algo extraño, algo que la gente no espere.” Esa búsqueda de lo inesperado les ha valido admiración y sorpresa entre el público que las conoce. “A veces nos dicen que nuestra música es 'demasiado'”, reconoce Pop. “Pero eso está bien. Significa que es fuerte.”
El vínculo con su audiencia también está marcado por la diferencia cultural. “En Japón, la gente intenta leer el ambiente”, reflexiona Pop. “En Reino Unido, la gente nos dice lo que piensa. Eso se siente bien.” Ese contraste refuerza el carácter universal de la banda, que conecta sin importar el idioma o el contexto.
La experiencia en vivo es su verdadera zona de confort. “Cuando estamos en el escenario, me olvido de todo lo demás”, dice la baterista Hirochan. “Es como un trance.” Y aunque suenen furiosas, las emociones que las impulsan tienen una raíz lúdica. “Gritamos no porque estemos enojadas, sino porque lo disfrutamos”, revela Accorinrin. “Es divertido para nosotras.”
“Al principio no sabía tocar la guitarra, pero me gustaba tanto… todavía sigo aprendiendo.” aseguró su lídeer y “Nunca queremos repetirnos”, concluye. “Si nos aburrimos nosotras, el público también se va a aburrir.”
Con espíritu internacional, Accorinrin resume su visión artística: “Quiero que escuchen nuestra música no solo en Japón sino en todo el mundo. Quiero interpretarla sin que nos atrape un género.” Por su parte, Hirochan, baterista, se permite un deseo más simple: “Quiero que Otoboke Beaver esté del lado divertido.”
El diálogo con el público extranjero es otra clave para Otoboke Beaver: “Espero que el público se quede con la imagen de unas chicas que tienen un lado un poco oscuro en Japón.”, expresa Yoyoyoshie.