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Hoy tributo a Black Sabbath: la "ChicheFest" celebrará el legado del Ozzy Osbourne

El tributo a uno de los cantantes más grandes de todos los tiempos será este viernes y se venden las últimas entradas.

Viernes, 08 de agosto de 2025 a las 14 25

Por Cristopher Martínez

Viernes, 08 de agosto de 2025 a las 14:25

Hoy se celebrará el enorme legado que nos dejó Ozzy Osbourne en la "ChicheFest", el evento que rememorará las canciones que cambiaron el paradigma musical para siempre.

Este Especial Black Sabbath será este viernes 8 de agosto en Makena (Fitz Roy 1519, Palermo) y luego habrá un afterparty especial de Ozzy Osbourne.

Las entradas se pueden adqurir en la web de AlPogo en este enlace.

 

 

Lo que hago no se puede llamar trabajo; es un puto regalo de Dios”, decía Ozzy Osbourne, el tipo que convirtió el ruido de las fábricas de Birmingham en música que cambió la historia. “La música siempre fue mi mejor analgésico”, confesaba, como quien encuentra en el quilombo un refugio. Y cuando le preguntaban por su primer flechazo, era claro: “Cuando escuché ‘She Loves You’ de los Beatles, mi mundo se iluminó como una estrella fugaz. Fue una experiencia divina.

Tuvo una infancia dura, de laburo pesado y calles ásperas. “Mi viejo siempre me decía que algún día iba a hacer algo grande. Y tenía razón: estuve preso antes de los 18.” Y aún así, la pegó: “Quiero que me recuerden por lo que hice con Black Sabbath. Esa música me llena de orgullo.” Ese sonido oscuro no salió de la nada: “En Birmingham no escuchabas pajaritos, escuchabas fábricas.” Por eso, junto a la banda, se propusieron algo distinto: “Veíamos a la gente haciendo fila para ver pelis de terror y dijimos: ‘dejemos el blues, hagamos música que dé miedo’.

Siempre fue un bicho raro, y lo sabía: “Antes me calentaba que la gente no me entendiera, pero terminé haciendo carrera con eso.” Su voz, única, le daba ese toque siniestro y emotivo a todo lo que cantaba. Y cuando todo parecía venirse abajo tras salir de Sabbath, Randy Rhoads lo sacó del pozo: “Gracias a él volví a levantar cabeza. Cuando grabamos esos primeros dos discos, no lo podía creer.” Lo admiraba como a pocos: “Me hizo llorar. Nunca había escuchado algo así en mi vida.

El cariño del público fue siempre su motor: “Lo que me transmiten mis fans es maravilloso. Me alimenta. Es comida para el alma.” Y aunque la vida lo fue apagando de a poco, no perdió el humor ni la lucidez: “Ya es hora de pasar tiempo con mis nietos. No quiero morir en un hotel.” Igual aclaraba: “No me retiro del todo. Solo dejo las giras largas.

En 2002, escribió su propio epitafio: “Logré mucho para un simple pibe de clase trabajadora. Hice reír a muchos. También hice que varios se preguntaran: ‘¿Quién carajo se cree que es este tipo?’. Pero no me quejo de nada.” Y cómo podría.

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