Netflix confirmó durante la Anime Expo de Los Ángeles que el anime ya no es un fenómeno de nicho: más del 50 % de sus suscriptores ven anime, lo que equivale a más de 150 millones de hogares o unos 300 millones de personas. Este crecimiento sostenido llevó a la plataforma a reforzar su estrategia de producción y distribución en torno al género.
En lo que va de 2024, 33 títulos de anime ingresaron al Top 10 global de series no inglesas, el doble que en 2021. La audiencia se triplicó en cinco años y el contenido fue reproducido más de mil millones de veces a nivel mundial. Netflix lo resume así: “Más del 50 % de los suscriptores ven contenido de anime. No es un fenómeno de nicho. Estamos redoblando nuestra apuesta por el anime”.
Una parte clave de esta expansión pasa por la localización: entre el 80 % y el 90 % de los usuarios prefieren ver anime doblado, y la plataforma ya ofrece audio y descripciones en hasta 33 idiomas. Desde la adquisición del catálogo de Studio Ghibli en 2020, Netflix logró atraer nuevas audiencias y consolidó al anime como uno de sus pilares globales de contenido.
Entre los estrenos destacados, Sakamoto Days – Temporada 1, Parte 2 llegará el 14 de julio de 2025. La primera parte fue la serie más vista después de El juego del calamar y se mantuvo durante 10 semanas en el Top 10 global.
También se anunciaron nuevos títulos sin fecha confirmada como Cyberpunk: Edgerunners 2, que ya mostró su primer avance oficial, y la segunda temporada de Dan Da Dan. Para el público infantil y juvenil, se viene My Melody & Kuromi (24 de julio), mientras que La flor fragante florece con dignidad tiene su estreno fijado para el 7 de septiembre.
Otros títulos esperados incluyen Leviatán (10 de julio), El verano en que murió Hikaru, y la tercera temporada de Registro de Ragnarok, que llegará en diciembre de 2025. Además, Beastars cerrará su historia en 2026 con la parte final de su temporada definitiva.
Desde la empresa señalaron: “El doblaje es clave para atraer a nuevas audiencias en diferentes idiomas” y destacaron que el anime “ofrece un retorno de inversión sólido y una audiencia constante”. Su estrategia de lanzamientos escalonados busca mantener al público cautivo durante todo el año.
Así es la cultura de trabajo en Netflix, según sus creadores: caos, honestidad y libertad radical
Netflix no solo revolucionó la forma en que el mundo ve series y películas. También reformuló cómo se trabaja en una empresa de tecnología global. Reed Hastings, cofundador y ex CEO, y Marc Randolph, cofundador original, definieron una cultura organizacional basada en la autonomía, la sinceridad brutal y la constante reinvención.
“En Netflix, no queremos personas que simplemente sigan órdenes. Queremos personas que piensen, desafíen y propongan mejores formas de hacer las cosas”, afirma Hastings. Esa premisa atraviesa cada rincón de la compañía: sin reglas rígidas, sin estructuras jerárquicas tradicionales y sin evaluaciones anuales. “No hacemos revisiones anuales de desempeño. Si necesitas esperar un año para decirle algo importante a alguien, ya es demasiado tarde”, explica.
La cultura interna de Netflix gira en torno a lo que llaman “honestidad radical”. Para Hastings, “no se trata de ser cruel, sino de ser claro”. Esto implica que cualquier empleado puede dar feedback directo a su jefe —o al CEO— si cree que algo no funciona. “La libertad y la responsabilidad van de la mano. No damos libertad sin esperar responsabilidad en igual medida”, agrega.
En lugar de procesos tradicionales, la empresa apuesta por la madurez. “Contratamos adultos. Eso significa que no hay horarios fijos, ni reglas innecesarias. Pero también esperamos madurez, responsabilidad y resultados”, dice Randolph. Esa visión se refleja en su postura sobre el presentismo: “El error más común en las empresas es confundir presencia con productividad”.
A nivel liderazgo, ambos fundadores coinciden en que se trata de generar inspiración, no control. “El liderazgo no se trata de decirle a la gente qué hacer. Se trata de inspirarlos a tomar buenas decisiones por sí mismos”, sostiene Hastings. Por su parte, Randolph aporta otra visión clave: “Fui profesor de matemáticas antes de ser CEO. Y aprendí que la educación es más poderosa cuando los estudiantes descubren cosas por sí mismos. En Netflix, tratamos de aplicar lo mismo con los empleados”.
Para Hastings, cometer errores no es solo inevitable, sino necesario: “Al principio, cometimos errores tratando de evitar errores. Después entendimos que si no estás cometiendo errores, probablemente no estás haciendo nada innovador”. En esa línea, prefiere una empresa que a veces roce el caos: “Algunas empresas se enfocan tanto en la eficiencia que terminan eliminando la creatividad. Nosotros preferimos una organización un poco caótica si eso significa más ideas nuevas”.
El enfoque también se aplica al crecimiento profesional: “No tenemos un camino de carrera tradicional. La gente crece porque hace cosas grandes, no porque lleva cinco años en el cargo”, aclara Randolph. Y cuando se trata de decisiones difíciles, la claridad vuelve a ser regla: “Contratar lento y despedir rápido es un mantra que usamos. Suena duro, pero es parte de mantener la barra alta”.
Randolph, con una mirada más crítica al modelo de esfuerzo extremo en startups, concluye: “Trabajar duro no es el secreto del éxito. Es trabajar bien lo que marca la diferencia”. En un entorno tan dinámico, la adaptabilidad lo es todo: “Una empresa que no cambia con rapidez está condenada. Y para cambiar, tenés que estar cómodo con el conflicto constructivo”.
