El Estadio Obras fue testigo de muchos de los momentos más importantes en la historia del rock argentino. Ahí, Soda Stereo dio su legendario show de 1986 presentando Nada personal, justo antes del éxito masivo que fue Persiana americana. También Los Redondos se presentaron en 1991 en pleno lanzamiento de La mosca y la sopa. Ayer, viernes 9 de junio, otra página dorada se escribió con letras grandes: Winona Riders en Obras.
Los días previos ya lo anticipaban: un show de cuatro horas, desde las 20. Una propuesta impensada —y a la vez desafiante— en tiempos donde la atención está completamente rota. Sin embargo, la banda se plantó con distorsión, canciones largas y un público fiel.
La banda tocó su discografía completa de forma directa y la energía en el lugar era irresistible. Por un lado teníamos a los seguidores que dejaron la vida en la multitud con pogos, entrando y saliendo con una sonrisa enorme en la cara. En el medio, hubo un linchamiento a un desubicado que se atrevió a querer romper esa energía intentando un robo. Nadie iba a salirse con la suya, la energía que formó "El templo del Rock" era una bendición para quienes buscábamos un sentimiento genuino. Por otro lado, teníamos quienes disfrutaron el show de manera hipnótica, totalmente entregados al sonido del éxtasis, dejando que entre a los oídos para invocar al Dios del Rock y que se haga presente una vez más en Obras.
La unión generacional fue otro protagonista. Juventud y experiencia convivieron en equilibrio: los más chicos agitando en el centro del estadio, mientras alrededor se veía una comunión de saludos, reencuentros, abrazos. Esas caras conocidas que también militan por esta causa.
Lo de Winona Riders fue más que un recital. Fue una experiencia sensorial y social, un grito de valores y principios donde lo auténtico y lo musical se vieron frente a frente, chocaron cabezas para explotar y marcar un nuevo hito para nuestro amado rock.
Formados en 2018 en el corazón del oeste bonaerense, Winona Riders nació como un proyecto liderado por Ariel Mirabal Nigrelli y Ricardo Morales, quienes iniciaron su travesía musical desde Haedo, Ramos Mejía e Ituzaingó. La formación actual incluye, además de sus fundadores, a Francisco Cirillo en batería, Gabriel Torres Carabajal en percusión y Santiago Vidiri en bajo. Juntos, mezclaron diferentes géneros, rock stone, krautrock, noise y psicodelia, mientras experimentan con sonidos electrónicos y formaciones poco convencionales, como el uso de dos baterías o incluso un sitar en vivo.
Su debut en 2023, Esto es lo que Obtenés cuando te Cansás de lo que Ya Obtuviste, sorprendió a la escena independiente con su energía cruda. Ese mismo año lanzaron su segundo álbum, El Sonido del Éxtasis, grabado en Estudios Panda y mezclado por 7ammixing. Este disco consolidó su propuesta con una identidad más experimental y fue presentado el 15 de diciembre en un show agotado en el Teatro Flores. En 2024, la banda redobló la apuesta con No Hagas Que Me Arrepienta, grabado en Estudios Romaphonic y producido por ellos mismos. Este trabajo representa un giro hacia la psicodelia electrónica, con claras influencias de Primal Scream.
En vivo, Winona Riders se ganó la reputación inquebrantable gracias a su intensidad y conexión con el público. Desde su primera presentación en 2019 en Salas Tifón como un trío, hasta llenar venues emblemáticos como Niceto Club y Teatro Vorterix, la banda ya recorre un camino que incluye más de 60 shows en 2023 y participaciones en festivales como Primavera Sound Buenos Aires, Festival Bandera y Lollapalooza Argentina. Además, tuvieron el honor de abrir para grandes nombres como The Brian Jonestown Massacre y King Gizzard & The Lizard Wizard.
2024 marcó un hito en su carrera con su primera gira internacional, agotando entradas en países como Uruguay, Brasil, Perú y Chile. En paralelo, siguen siendo reconocidos como una de las bandas emergentes más destacadas del movimiento musical "post-pandemia" en Argentina, manteniendo la filosofía que los guía desde el principio: “Ser la banda que siempre quisimos ver en vivo pero nunca pudimos”.