Arcor finalizó los primeros nueve meses del año con una de las caídas más acentuadas de su historia reciente: las ganancias se desplomaron un 74%. El consumo interno jugó en contra en todas las categorías de alimentos y a esto se sumó un resultado financiero fuertemente negativo de $98.698 millones, en contraste con la ganancia extraordinaria registrada en 2024. Este giro se debe a la devaluación en términos reales, que eliminó gran parte de los ingresos financieros previos. Con ventas consolidadas por $3,51 billones (inferiores a los $3,88 billones del año anterior), el grupo cerró el trimestre con una ganancia neta consolidada de $97.772 millones.
La compañía explicó que los aumentos de precios en 2025 se situaron por debajo de la inflación interanual, impactando directamente los márgenes. Esta presión, junto con una apreciación del peso que modificó la valuación de activos y pasivos en moneda extranjera, explica el deterioro respecto a los números del año pasado.
Desempeño mixto y margen operativo
La facturación consolidada de $3,51 billones se repartió entre el 67,8% del mercado local y el 32,2% proveniente del exterior. En Argentina, el consumo masivo se mantuvo débil, con caídas en alimentos básicos. No obstante, las divisiones industriales, agronegocios y packaging mostraron el mejor rendimiento, impulsadas por mayores volúmenes de exportación que mejoraron los márgenes operativos.
Pese a la caída en ventas, Arcor logró elevar su margen operativo. El resultado operativo alcanzó $237.574 millones (6,8% de las ventas), superando el 6% del año anterior. La empresa lo atribuyó a su estructura productiva integrada y a una gestión eficiente de costos, que amortiguaron el impacto del contexto local.
El factor financiero y perspectivas
El capítulo financiero fue determinante: el grupo registró pérdidas financieras por $98.698 millones, frente a la ganancia de $421.751 millones de 2024. La devaluación real del peso, combinada con menores rendimientos financieros, fue el factor clave. Aunque el resultado neto se vio afectado, la ganancia integral total fue de $179.420 millones, compensada parcialmente por diferencias de conversión positivas de operaciones internacionales.
Lejos de frenar su estrategia, la compañía invirtió $150.359 millones en activos fijos, enfocándose en la modernización de plantas para sostener la competitividad de sus exportaciones. El pasivo total subió a $2,68 billones, impulsado por un salto en los préstamos de largo plazo.
De cara al futuro, Arcor anticipó que seguirá atenta al deterioro del poder adquisitivo y a la volatilidad de los mercados. Sin embargo, la compañía citó proyecciones de recuperación del PBI argentino del 4,3% en 2025, impulsada por las exportaciones, abriendo la puerta a una mejora gradual en el negocio local.
