Durante el penúltimo mes del año, la gestión de Javier Milei profundizó la reducción de las partidas presupuestarias. El gasto total del Sector Público Nacional se ubicó en $9,27 billones, lo que representa una contracción real del 14,2% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
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Si se analiza el acumulado anual, la poda estatal ya alcanza el 28,3%, mientras que la diferencia específica respecto a noviembre de 2023 muestra un recorte del 35,2%.
Seguridad social y haberes jubilatorios
El rubro de prestaciones sociales sufrió una baja interanual del 10,6%. Los sectores más afectados dentro de esta categoría fueron:
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Prestaciones del INSSJP: -44,6%
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Asignaciones familiares: -17,5%
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Pensiones no contributivas: -16,8%
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Otros programas diversos: -79,8%
En lo que respecta a los haberes contributivos, si bien se registró un incremento interanual del 5,5%, la cifra acumulada del año todavía refleja una pérdida real del 6,3% frente a los valores de 2023.
Situación de las universidades
El financiamiento destinado a las Universidades nacionales presentó una de las caídas más severas, con retrocesos reales superiores al 95% comparado con registros anteriores. Se estima que, para haber mantenido la operatividad previa, el Estado debería haber desembolsado unos $0,39 billones adicionales. Este ajuste se da en paralelo a la parálisis de la Ley de Financiamiento Universitario, diseñada para actualizar los salarios del personal docente y no docente.
Subsidios y parálisis de la infraestructura
El recorte también impactó con fuerza en los servicios y la inversión en capital:
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Transporte y energía: Los subsidios económicos generales cayeron un 25,8%, destacándose la baja del 47,8% en el transporte, explicada por el cese de las compensaciones a las tarifas en el AMBA.
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Inversión pública: El gasto en obra pública se desplomó un 32,5% interanual. Al observar el acumulado de todo el año, la baja llega al 80,6% en comparación con 2023, una cifra que, según el análisis técnico, “evidencia que no hay recuperación”.
Los expertos señalan que este nivel de ajuste tiene un efecto de doble filo. Por un lado, estabiliza las variables financieras; por otro, la caída en las transferencias a provincias y en los haberes jubilatorios impacta directamente en el consumo interno. Dado que el consumo representa aproximadamente el 70% del PBI argentino, la drástica reducción del gasto público es uno de los factores que explica la actual recesión, planteando el desafío de cómo volver a crecer una vez alcanzado el orden fiscal.
