Durante la madrugada, la policía de Río de Janeiro lanzó una operación masiva en las favelas de Alemão y da Penha, utilizando 32 vehículos blindados, dos helicópteros y drones. Este despliegue tenía como objetivo desmantelar las actividades del Comando Vermelho (Comando Rojo), una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil.
El operativo generó más conflicto político entre el gobernador de Río Janeiro, Cláudio Castro, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Castro, del Partido Liberal y alineado con el bolsonarismo, acusó al gobierno federal sobre la falta de apoyo en la lucha contra el crimen organizado. Castro, del Partido Liberal y alineado con el bolsonarismo, afirmó que el gobierno federal ha "negado asistencia" en un contexto donde la violencia se intensifica.
La respuesta no tardó en llegar, el Ministerio de Justicia de Brasilia desmintió estas afirmaciones, y le recordó al gobernador que nunca solicitó ayuda federal para el operativo, y destacó que la asistencia previa que brindaron incluyó el traslado de presos y el apoyo logístico.
La jornada de violencia dejó un balance trágico: 64 muertos, incluidos cuatro agentes de policía, y 81 detenidos. También se incautaron 42 fusiles de alto calibre. La operación había comenzado antes del amanecer, con bloqueos en las autopistas y el cierre de avenidas clave. Helicópteros sobrevolaron las favelas desde la noche anterior, mientras los vehículos blindados rompían barricadas de neumáticos incendiados. Los drones desempeñaron un papel crucial al detectar movimientos y guiar el avance de 2.500 agentes a través de las favelas.
Este tipo de operaciones no son nuevas: en mayo de 2022, una redada similar en la favela de Vila Cruzeiro resultó en al menos 23 muertos. El ciclo de violencia en Río de Janeiro cuenta con una alarmante estadística de 700 muertes en intervenciones policiales sólo en 2024.
El objetivo
El principal objetivo era capturar a “Doca”, el jefe regional del Comando Vermelho en Penha,
y desmantelar su red de tráfico de drogas, armas y lavado de dinero.
Fundado en 1979 en una cárcel de Río, el Comando Vermelho creció hasta convertirse en una de las organizaciones criminales más grandes del país, operando a través de una estructura descentralizada que incluye capos en cárceles y lugartenientes en las favelas.