El ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, lanzó duras críticas contra La Cámpora, acusando al espacio que lidera Máximo Kirchner de bloquear proyectos del Ejecutivo en la Legislatura y de actuar como una fuerza opositora dentro del propio oficialismo.
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“El oficialismo no es oficialismo”, resumió Bianco, en una frase que expone el nivel de fractura dentro de Unión por la Patria (UxP). Según el funcionario, los legisladores camporistas no solo desoyen las propuestas del gobernador Axel Kicillof, sino que también impulsan iniciativas que van en dirección contraria, como ocurrió con el intento del mandatario de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales.
El conflicto, lejos de amainar, se profundiza. Bianco recordó que, tras una reunión de mesa política en marzo entre el kicillofismo, La Cámpora y el massismo, la agrupación kirchnerista presentó un proyecto legislativo que rompió los acuerdos alcanzados. Desde entonces, no hubo nuevos intentos serios de reconstruir la unidad ni de consensuar listas.
Este enfrentamiento permanente no es un simple problema partidario: impacta de lleno en la vida de los bonaerenses. Mientras el oficialismo se enreda en disputas internas, las prioridades de la provincia —como la situación económica, la seguridad y la infraestructura— quedan relegadas. Las tensiones entre el gobernador y el núcleo duro de La Cámpora paralizan debates fundamentales en la Legislatura, lo que profundiza la sensación de parálisis política y genera hartazgo social.
El escenario que describe Bianco deja en claro que la grieta dentro del peronismo bonaerense no hace más que agravar los problemas cotidianos de la población. Un conflicto que no encuentra salida y que, por ahora, solo suma incertidumbre a millones de bonaerenses que esperan respuestas.
