Hugo Orlando Gatti, una de las figuras más emblemáticas del arco argentino, falleció este domingo a los 80 años tras una larga y dura batalla por su salud. El “Loco”, como lo conocía todo el mundo del fútbol, había sido internado hace casi dos meses en el hospital Pirovano luego de sufrir un accidente en la vía pública que derivó en una compleja cirugía de cadera.
Aunque en un principio su estado era delicado pero estable, el cuadro se agravó con el correr de los días. Una infección intrahospitalaria desencadenó una severa afección respiratoria, complicando su recuperación y obligando a los médicos a practicarle una traqueotomía. Ni esa intervención ni los tratamientos con antibióticos lograron revertir el deterioro.
Así lo recordó en sus redes el club Gimnasia y Esgrima La Plata:
En los últimos días, el diagnóstico era sombrío: Gatti estaba en coma farmacológico, afectado por una neumonía que avanzó sin tregua, sumada a una insuficiencia cardíaca y renal. Ante el estado irreversible, su familia tomó la dolorosa decisión de retirarle el respirador que lo mantenía con vida en terapia intensiva.
Así se apagó la vida de un hombre que cambió para siempre la forma de atajar. Gatti no solo fue arquero: fue personaje, símbolo, provocador y pionero. Su partida deja un vacío inmenso en la historia del fútbol argentino, pero su huella bajo los tres palos seguirá intacta.