El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, participó este sábado de una emotiva misa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires en homenaje al Papa Francisco, una figura que marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia y del mundo.
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Miles de fieles se congregaron para rendir tributo a Francisco, cuyo legado trasciende los límites religiosos y se inscribe en la defensa inquebrantable de los más humildes, la promoción de la paz y la construcción de un mundo más justo y fraterno. La ceremonia fue presidida por el arzobispo Jorge García Cuerva, en un clima de recogimiento y profundo respeto.
En su mensaje, Kicillof destacó la magnitud histórica y espiritual de Francisco: “La pérdida del Papa Francisco es una tristeza enorme, pero al mismo tiempo nos deja un legado, una enseñanza y la tarea de llevar adelante la bandera de la justicia social”.
El mandatario bonaerense subrayó además la valentía de Francisco al impulsar profundas transformaciones dentro de la Iglesia Católica, enfrentándose muchas veces a los poderes más concentrados del planeta. “Debemos recordarlo principalmente por su obra y por su valentía: encaró una transformación muy profunda de la Iglesia Católica, y fue un referente mundial de un pensamiento a contramano de lo que ocurre con los poderes más importantes del planeta”, señaló el gobernador bonaerense.
Francisco no solo fue líder espiritual de millones, sino también un símbolo vivo de los valores más nobles: la humildad, el compromiso con los pobres, el respeto por la dignidad humana y la búsqueda incansable de la paz. Hoy, su partida interpela a todos los pueblos a mantener viva su llama, honrando con acciones concretas el ejemplo que dejó.
