En la noche del lunes, el Centro Cultural Olga Vázquez fue víctima de un incendio devastador. Las llamas consumieron por completo el primer piso, y con él, años de trabajo colectivo, herramientas, instrumentos y sueños compartidos.
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Ubicado en Avenida 60 entre 10 y 11, el Olga no es solo un edificio. Es un hogar para artistas, feriantes, talleristas, emprendedores y vecinas y vecinos que encuentran allí un espacio para expresarse, formarse y construir comunidad. Hoy, ese hogar está herido. Y necesita ayuda.
Desde el colectivo que sostiene el espacio no dudan: “Fue intencional”, denunciaron a través de sus redes. El fuego se inició en el primer piso, donde funcionaban un taller textil, baños y un aula utilizada para cursos. Afortunadamente no hubo heridos, pero las pérdidas materiales son muchas. Y dolorosas.
“Necesitamos reconstruir el primer piso, hacerlo habitable y seguro”, afirman con claridad. Por eso, el llamado es urgente. Se reciben donaciones de materiales para rehacer toda la instalación eléctrica —que quedó destruida—, y también colaboraciones económicas para afrontar los gastos de reconstrucción y reponer las herramientas de trabajo perdidas. Entre lo que se llevó el fuego hay tatamis, instrumentos musicales (bajo, guitarra, amplificador), equipo de sonido y vestuarios.
Pero más allá del daño, hay voluntad. Hay fuerza. Y hay comunidad. Ya están organizando jornadas abiertas de trabajo colectivo, donde invitan a quienes puedan y quieran acercarse a ayudar con la limpieza, el reacondicionamiento y la puesta en valor del lugar.
El Olga Vázquez siempre fue un espacio que dio. Ahora, le toca recibir. Hoy necesita de todas y todos. Porque reconstruir el Olga no es solo levantar paredes: es defender la cultura, la autogestión y el derecho a crear juntos.
Tu ayuda cuenta. Tu presencia también. Que el fuego no apague lo que tanto costó encender.
