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El adiós al Papa Francisco en la Provincia de Buenos Aires

La comunidad bonaerense se reunió en la Catedral Inmaculada Concepción de La Plata para rendir homenaje a Jorge Bergolio, quien falleció este lunes en Roma

Martes, 22 de abril de 2025 a las 09 50

Por Redacción

Martes, 22 de abril de 2025 a las 09:50

En una jornada marcada por la conmoción y el duelo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se unió a una multitud de fieles, autoridades políticas y líderes religiosos en la Catedral Inmaculada Concepción de La Plata para rendir homenaje al papa Francisco, quien falleció este lunes en Roma a la edad de 88 años.

La misa de despedida, que coincidió con la celebración de la Pascua de Resurrección, se convirtió en un espacio de reflexión sobre el legado del Sumo Pontífice y su impacto global.

Emocionado en su discurso, Kicillof destacó la relevancia internacional de Francisco, subrayando que "era una voz que se oía muy fuerte y deja un vacío muy grande". El gobernador enfatizó la "tarea inmensa" que representa honrar el legado del Papa, recordando su profunda humanidad y su valentía al confrontar poderes e ideas a escala mundial, siempre desde su arraigada identidad católica.

El arzobispo de La Plata, Gustavo Carrara, quien presidió la ceremonia, evocó con emotividad el compromiso pastoral de Francisco. "Francisco nos enseñó la ternura con los frágiles, la misericordia con los que están rotos, pero firmeza con aquellos que se abusan de los más frágiles. Ternura y firmeza brotan de ese evangelio", expresó Carrara, instando a los fieles a "trabajar para que su legado no se pierda".

Además, el arzobispo destacó la capacidad de Francisco para conectar con la gente humilde, su preocupación por los marginados y su incansable lucha por la justicia social.

La misa también contó con la presencia del intendente de La Plata, Julio Alak, y miembros del gabinete bonaerense, quienes se sumaron al homenaje. Alak expresó la profunda conmoción que embargaba a la ciudad, describiendo el día como "de enorme tristeza y dolor por la pérdida del máximo líder espiritual del mundo, que ha luchado contra los factores del poder, por la justicia social y por la paz". En sus declaraciones, el intendente resaltó el servicio constante del pontífice a los humildes y su dedicación a la búsqueda de la paz.

Kicillof compartió una anécdota personal de su encuentro con Francisco en el Vaticano, en junio del año anterior. "Después de la visita formal me invitó a su casa y estuvimos charlando un rato largo. Más allá de lo que uno tenga, es el Papa y es único. Él sabía bajar a niveles de cercanía", recordó el gobernador, destacando la humildad y la calidez del pontífice. 

"Su legado de compasión, solidaridad y humanidad es una hoja de ruta para construir un mundo más justo", aseguró Kicillof.

Además, mientras las autoridades despedían al pontífice en la capital bonaerense, en los barrios populares de la provincia el sentimiento era igualmente profundo. “La gente tiene con él una necesidad de vivirlo cercano, de apropiárselo”, contó Roberto Ferrari, párroco de la Iglesia de Los Mártires Latinoamericanos, en Benavídez.

Ferrari no dudó en compararlo con Carlos Mugica por su carisma y cercanía. “Desde Mugica que nadie tenía un carisma comparable con el de Francisco. Para la gente de los barrios, más que las palabras, valen los gestos: recorrer un barrio, visitar un enfermo, celebrar un matrimonio entre gente humilde”, afirmó.

La despedida al Papa en la provincia de Buenos Aires dejó en claro que el impacto de su figura trasciende la religión y se inscribe en una narrativa social, política y cultural que lo mantendrá presente en la memoria colectiva. Como dijo el propio Kicillof: “Yo creo que deja huella, pero me resulta difícil hablar del Papa en pasado”.

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