En su intervención ante la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), el CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, expresó su respaldo a las políticas económicas del presidente Javier Milei. No obstante, demandó la implementación de una política industrial actualizada que contemple una apertura comercial dosificada, evitando exponer a la industria nacional a una presión competitiva insostenible.
Rocca defendió la necesidad de avanzar con reformas en los ámbitos laboral, impositivo e institucional como mecanismo clave para atraer capitales de inversión. Para complementar el equilibrio fiscal, mencionó como puntos esenciales “Reducir la carga impositiva, bajar la informalidad y ampliar la base tributaria”. Su planteamiento fue inequívoco: la presión fiscal constituye un impedimento transversal y requiere una distribución más justa entre los diferentes estratos de gobierno.
Respecto al marco laboral, sostuvo que su revisión es un elemento “clave” para la recuperación de la actividad económica. Cuestionó la figura de la ultraactividad de los convenios colectivos, percibiéndola como un freno al cambio, y aseguró que la modernización de la legislación laboral debe ser construida “con consensos y con posibilidad de transformación positiva”. Además, exhortó a mejorar la infraestructura y la logística, dos factores que, según su apreciación, determinan la competitividad y deben integrarse en la agenda posterior a la estabilización macroeconómica.
Política industrial
El punto medular de su exposición se centró en la urgencia de reactivar una política industrial que esté coordinada entre el sector privado y el público. Rocca sugirió que este concepto puede haberse “desprestigiado”, pero mantiene su carácter esencial para establecer prioridades, identificar sectores estratégicos y diseñar planes de acción concretos. “Todos los países hacen política industrial”, recordó, e instó a que Argentina no quede al margen en un panorama mundial caracterizado por una creciente intervención estatal.
Respecto de la apertura comercial, mencionó que debe ser racional, en este sentido, mencionó que el año pasado, se importaban 5.000 lavarropas por mes, "hoy entran 87.000 por mes".
Este escenario global, al que Rocca describió como el colapso del orden económico establecido en los años 90, está definido por la rivalidad entre China y Estados Unidos y por un aumento en las medidas proteccionistas. Mencionó la excesiva capacidad industrial china y las respuestas arancelarias por parte de EE. UU. como ejemplos de una competencia que ya no se rige por los principios clásicos del libre comercio. Incluso citó a autoridades europeas que justifican la restricción de importaciones para proteger industrias sensibles.
En este contexto, Rocca hizo un llamado a una “apertura racional”: un modelo que permita la integración en el comercio internacional sin desamparar la producción local. “Necesitamos una fuerte estructura industrial. Es esencial para el empleo de calidad, la innovación y la cadena de transformación”, ratificó.
