Tras varias semanas de conflicto, la empresa Vicentin llegó este miércoles a un acuerdo con los gremios para destrabar la situación salarial y retomar la actividad en sus plantas de Ricardone, Avellaneda y San Lorenzo.
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La resolución llegó después de una jornada extensa que comenzó con una asamblea a primera hora del día y terminó con una audiencia clave en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe.
El entendimiento con los trabajadores establece un esquema de pagos escalonado. Vicentin abonó este miércoles el 40% de los haberes netos adeudados, pagará otro 20% el viernes 25 y el 20% restante el miércoles 30.
Vicentin pagará los sueldos adeudados y volverá a operar: los detalles
Según explicó la firma, los desembolsos estarán respaldados por adelantos de fasones confirmados por la Unión Agrícola Avellaneda (UAA) y Bioenergías.
El acta se firmó en la sede del Ministerio provincial y, como parte del compromiso, el personal retomará las tareas de manera inmediata: carga de barcos y camiones, reactivación de la molienda y salida de subproductos que estaban paralizados por el conflicto.
“Este acuerdo alcanza a TODOS los trabajadores de la sociedad y a las plantas de San Lorenzo, Ricardone y Avellaneda”, remarcó Vicentin. Y agregó: “El sector laboral se compromete a cargar el barco en puerto, a cargar los camiones, a moler todo lo posible en este período y a permitir que se retiren los subproductos”.
La empresa también apuntó que el reinicio de la actividad permitirá empezar a procesar el stock de semilla acumulado, además de aliviar el fuerte impacto social que provocó la falta de pago durante las últimas semanas.
“Esta solución permite descomprimir el impacto social de la falta de pago de remuneraciones, y a la vez dar principio de solución al stock de semilla que quedó sin procesar”, sostuvo el comunicado.
Desde Vicentin agradecieron especialmente a las empresas que respaldaron el acuerdo y al gobierno provincial. “Reiteramos el agradecimiento al apoyo de la UAA y de Bioenergías, y especialmente a la intervención del Ministerio de Trabajo de la Provincia, confiando en que la situación procesal de la sociedad se resuelva rápidamente para permitir el retorno al giro ordinario de la empresa”.
Más allá del alivio momentáneo, el ministro Báscolo aclaró que no es una solución definitiva e insistió en que hace falta una respuesta de fondo por parte del Poder Judicial para que la situación no vuelva a desbordarse.
También advirtió sobre la complejidad de reactivar la planta de San Lorenzo, que necesita al menos 350.000 toneladas de soja por mes para volver a funcionar con normalidad.
Por qué habían cerrado las últimas dos plantas de Vicentin
Según comunicaron, la decisión se tomó ante la imposibilidad de conseguir nuevos contratos de producción, en medio de un escenario judicial que suma presión sobre la firma.
El anuncio se hizo público a través de una carta dirigida a sus acreedores. En ella, el directorio explicó que, ante la falta de nuevas oportunidades, optaron por detener todas las actividades para “proteger los activos” y evaluar si en algún momento podrían reanudar la operación.
Las plantas, lo último que había marcha dentro de Vicentin, se paralizaron. La Avellaneda es la clásica, que está en funcionamiento desde la década del '20; la Ricardone se incorporó en 1979. Ambas tienen ubicaciones estratégicas en el norte y sur santafesinos.
Esta situación le suma más tensión a un contexto ya complicado. La empresa estuvo lidiando con una grave crisis durante años y, para colmo, algunos exdirectivos enfrentan un proceso judicial por presunta asociación ilícita.
En el comunicado también reconocen que no pudieron pagar los sueldos de febrero y que siguen en la búsqueda de una solución. “Estamos en contacto con todos para ver si es posible retomar la actividad”, señalaron.
Con esta decisión, más de mil trabajadores se encuentran en una situación de incertidumbre. La planta de Avellaneda, que tiene casi 100 años de historia, y la de Ricardone, que estuvo en funcionamiento desde finales de los años 70, quedaron suspendidas.