La clase media argentina atraviesa un momento complicado. La pérdida de poder adquisitivo y la incertidumbre económica están afectando a un sector que históricamente fue sinónimo de estabilidad y progreso.
Te puede interesar
Según un informe de la Fundación Pensar, el 55% de los argentinos cree que la clase media se está achicando, y seis de cada diez dicen que su trabajo solo les alcanza para “sobrevivir”.
Muchos sienten que trabajan mucho, pero no logran mejorar su situación.
Golpe a la clase media: más de la mitad siente que su trabajo apenas le alcanza para vivir
El estudio muestra que la idea de progreso se fue apagando. Antes, el consumo estaba asociado al bienestar y al esfuerzo que daba frutos. Hoy, cada vez más familias deben ajustar y resignar cosas básicas para poder mantenerse al día.
“Pasamos de disfrutar a resistir”, explica el analista Guillermo Oliveto. “La clase media sigue queriendo progresar, pero perdió la seguridad que la caracterizaba”.
Otro dato que llama la atención es cómo se perciben los propios argentinos: dos de cada tres dicen estar en el escalón más bajo de la clase media, o directamente sentirse parte de la clase baja.
Esto también se puede ver en la comparación generacional: el 41% de los argentinos cree que vive peor que sus padres, mientras que solo uno de cada cuatro considera haber mejorado.
La movilidad ascendente, que durante décadas fue el eje de identidad de la clase media, se percibe hoy como un ideal cada vez más lejano: "La identidad de clase está en crisis porque los símbolos de bienestar —el consumo, la vivienda, la educación privada— ya no son sostenibles para buena parte de la población”, resume el informe.
“Este sector vive un proceso de mutación. Mantiene su espíritu aspiracional, pero perdió la seguridad y la previsibilidad que lo caracterizaban”, explicó Guillermo Oliveto, analista de consumo y director de la consultora W.
