Lo que debía ser una nueva jornada de protesta pacífica de jubilados terminó otra vez con empujones, corridas y un despliegue desproporcionado de fuerzas de seguridad en pleno centro porteño.
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Bajo el pretexto de evitar cortes de calle, la Policía de la Ciudad volvió a implementar el protocolo antipiquete y generó momentos de extrema tensión.
El episodio más grave ocurrió sobre Avenida de Mayo, donde efectivos policiales intentaron bloquear el avance de una columna que se dirigía a Plaza de Mayo. Allí se registraron forcejeos y al menos un detenido.
También hubo un manifestante golpeado y versiones sobre heridos que no fueron asistidos en el lugar.
Violencia policial en la protesta de jubilados: un detenido y heridos
Hubo escenas que dejaron expuesta la lógica represiva del Gobierno y el desorden el operativo: un efectivo de la Policía de la Ciudad se retiró con una bandera argentina en la mano, quitada a uno de los manifestantes.
En medio del operativo, la imagen de un uniformado llevándose el símbolo patrio contrastó con el reclamo pacífico de quienes, justamente, pedían por condiciones más dignas para vivir.
Algunos terminaron tirados en el suelo tras ser empujados. La represión incluyó golpes con escudos y hasta arrojaron gas lacrimógeno ante el avance de quienes simplemente intentaban continuar con la marcha, llevándose detenido a un protestante.
Entre bocinazos y filas interminables de autos detenidos, un movilero se acercó a una mujer embarazada varada en pleno caos. Le preguntó si iba al médico y si estaba estancada en el tránsito por la marcha.
La respuesta fue clara: “Yo puedo esperar, pero que dejen de reprimir a los jubilados”. Y remató: “La situación del país me parece mucho peor”.
El testimonio, que rápidamente empezó a circular en redes, volvió a dejar expuesto lo que el Gobierno intenta tapar con operativos desmedidos: el creciente respaldo social a los sectores más golpeados, incluso en medio de molestias como un corte de tránsito.
Este miércoles, además de jubilados, se sumaron columnas de trabajadores de empresas en conflicto, estudiantes y organismos de derechos humanos.
El reclamo principal fue el aumento de la mínima, la vuelta de la movilidad jubilatoria y la entrega regular de medicamentos por parte del PAMI.
También hubo críticas a los vetos de Milei a leyes que garantizaban ingresos y asistencia básica.
De todos modos, la ministra Patricia Bullrich mantiene activa su política de “orden” basada en despliegues intimidatorios, con operativos cada vez más agresivos.
El avance policial impidió, en principio, llegar a Plaza de Mayo de la manera que estaba previsto. Finalmente, cerca de las 18 horas, las columnas pudieron lograr su objetivo pese a los impedimentos
