En una jornada atravesada por la tensión social y el reclamo gremial, miles de personas se movilizaron este jueves desde el Congreso hacia Plaza de Mayo para rechazar los recortes en el sector sanitario.
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La protesta, encabezada por trabajadores y profesionales del Hospital Garrahan, logró sumar la adhesión de diversos sectores de la salud pública, organizaciones sociales y referentes sindicales.
El reclamo principal apuntó a los efectos del ajuste presupuestario que lleva adelante el Gobierno de Milei y que impacta de manera directa en hospitales emblemáticos como el Garrahan, el Posadas, el Bonaparte y el Clínicas.
“El Garrahan no se toca”: masiva marcha por la salud pública en todo el país
Los manifestantes denunciaron despidos, sueldos congelados, precarización y cambios en las residencias, en medio de una fuerte tensión con Nación.
Desde temprano, se registraron muestras de apoyo y otras manifestaciones en distintos puntos en la ciudad y en otros puntos del país.
A las 8 de la mañana, trabajadores del subte liberaron molinetes en la estación Federico Lacroze de la línea B, en respaldo a la convocatoria que culminaría por la tarde frente a la Casa Rosada.
El punto de partida fue el Congreso de la Nación, donde las columnas comenzaron a concentrarse cerca de las 16.
En ese momento, ya había un amplio despliegue policial en las inmediaciones, con un operativo similar al que se implementó el día anterior durante la marcha de jubilados, reprimida con gases lacrimógenos incluso contra personas con discapacidad.
La movilización fue organizada bajo la consigna “No al ajuste en salud”, con fuerte protagonismo de los equipos del Garrahan.
Al frente de la columna principal marcharon los representantes de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) y de ATE-Garrahan. Los acompañaban residentes, concurrentes y médicos de todo el país.
Carteles escritos a mano con consignas como “Residencias sí, becas no” aludían a los cambios recientes que anunció el Ministerio de Salud sobre el esquema de formación de posgrado.
La nueva modalidad implica que las becas serán abonadas por las instituciones donde se desempeñan los residentes, en lugar de centralizar el pago desde Nación.
Aunque los fondos siguen siendo nacionales, la decisión fue rechazada por varias universidades y cuerpos colegiados.
La jornada también contó con el respaldo de funcionarios y dirigentes opositores, como el ministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak, los diputados Itaí Hagman y Hugo Yasky, y referentes gremiales como Roberto Baradel.
También estuvieron presentes representantes de la UOM, Camioneros, el Polo Obrero y agrupaciones universitarias como la FUBA.
El posteo del Hospital Garrahan en medio de la protesta
Mientras las columnas avanzaban por Avenida de Mayo, desde la cuenta oficial del hospital se emitió un mensaje: “Nuestros equipos de salud están trabajando para que el hospital siga funcionando a pesar de los disturbios externos. En este momento se están realizando cinco intervenciones de alta complejidad”.
Entre ellas se destacan un trasplante hepático pediátrico, dos neurocirugías por malformaciones cerebrales congénitas y una operación espinal compleja.
El ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, replicó el mensaje con una publicación en X. En tono combativo, afirmó: “Mientras reordenamos el Garrahan para terminar con los curros legales y la mala administración, el hospital sigue demostrando por qué es el centro pediátrico más importante del país”.
Lugones insistió en que “el problema del hospital nunca fue solo de recursos”, sino de gestión. Aseguró que el presupuesto asignado al Garrahan creció un 274% desde el inicio de la gestión Milei, y acusó al gobierno anterior de haber “recortado el presupuesto 75 puntos por debajo de la inflación”.
“Los médicos y el personal de salud tienen que hacer lo que mejor saben hacer: salvar vidas. Al Ministerio le toca garantizar que tengan los recursos y condiciones para hacerlo”, concluyó.
