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Ana Frango Elétrico, la nueva estrella de la música brasilera, llega a Argentina: cuándo comprar las entradas

Llega a nuestro país una de las futuras promesas de la música Latinoamérica en un único show en Niceto Club.

Martes, 22 de abril de 2025 a las 17 18

Por Cristopher Martínez

Martes, 22 de abril de 2025 a las 17:18

Si hablamos de una de las figuras musicales latinoamericanas que está dando que hablar a nivel mundial es sin dudas Ana Frango Eléctrico. La interprete, que junto a su increíble banda en 2023 lanzó su disco "Me Chama De Gato Que es Sou Sua", aclamado en diferentes partes del mundo, llegará a nuestro país el mes que viene.

La cita con la brasileña será el 14 de mayo en Niceto Club y las entradas ya están disponibles en la web de Passline en este enlace.

 

Qué cosa loca, ese miedo de mí. Yo no muerdo y si muerdo es para verme feliz”, canta Ana Frango Elétrico en Coisa de Saudade, y ya desde esa primera línea, uno entiende que no es simplemente una canción: es una declaración de principios, un juego entre lo emocional y lo provocador.

Nada excepcional, me parece que acá en Brasil la música es más bien la regla que la excepción”, dice sobre sus primeras influencias, entre discos que sonaban en el auto con su madre y descubrimientos propios que expandieron su universo sonoro. Y es esa misma familiaridad con el caos, con el collage musical, la que define su obra.

Creo que es mi primer disco que trata de mi gusto personal más que de un proceso/proyecto/idea”, asegura sobre Me Chama de Gato Que Eu Sou Sua, un álbum donde produce, canta, toca, compone y firma la dirección de arte. Lo hace con una soltura que no busca complacer: “No tenía compromiso con una música comercial, con el cantar. Me gustaba más incomodar mis oídos”.

Ana no se esconde detrás de personajes, pero tampoco se muestra tal cual. “Podés escribir que fue por culpa de una descarga cuando era chica, que metí el dedo en el enchufe y nunca más fui la misma… risas”, dice sobre el origen de su nombre artístico. Y enseguida remata con ironía y poesía: “Mujer hombre bicho, personaje”.

Su sensibilidad no se restringe a lo musical: “Pienso la música de una manera artística y gráfica”. Esa mirada se refleja en sus canciones, pero también en cómo las produce: “Ya son casi diez discos, entre lanzados y todavía en el horno, en los que participo de la producción”. A la hora de producir, dice, no todo es técnica: “Lo importante en la producción musical es la textura y el concepto”.

Sobre su creciente visibilidad, Ana observa con gratitud: “La gente escuchando mi trabajo y permitiéndome vivir del arte, de mi creatividad, es algo muy estimulante”. Pero sabe que la exposición tiene su costo: “Ahora, cuanto más gente me conoce, más gente gusta y no gusta”.

Aun así, sigue buscando algo más: “Nunca tuve un talento extraordinario en absolutamente nada, aunque toco un poco de varias cosas”. Y quizá ahí está su poder: en la exploración constante, en esa necesidad de hacer música no para demostrar, sino para sentir. “Siento mi primer álbum como el trabajo de un estudiante de pintura”. Ana canta para incomodar, para sacudir y también para provocar.

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