El músico canadiense Bryan Adams confirmó su vuelta a Argentina y a Latinoamérica con su "Roll With The Punches Tour".
El artista se presentará el 15 de marzo de 2026 en el Movistar Arena.
Pronto habrán más detalles de la venta de entradas.
Bryan Adams: la honestidad detrás de cada canción
Bryan Adams nunca buscó la fama: la música lo encontró a él. A lo largo de más de cuatro décadas, el canadiense construyó una carrera basada en la disciplina de la composición. Su trayectoria no se mide solo en éxitos como “Summer of ’69” o “(Everything I Do) I Do It for You”, sino en su capacidad para mantenerse fiel a sí mismo.
Para Adams, la composición no es un momento de inspiración fugaz, sino un oficio que exige constancia. En una entrevista con The Financial Express, explicó que “es bastante fácil escribir canciones, lo difícil es escribir buenas canciones. El proceso tiene que ser disciplinado, al menos para mí. Sé que si no me siento a trabajar en las cosas, simplemente no suceden. No soy del tipo de compositor que se despierta en medio de la noche con un éxito en la cabeza.” Esa mentalidad meticulosa guía toda su obra: “Todas las melodías que escribo siguen el mismo principio: mantener las cosas simples. Siempre intento escribir canciones con las que pueda identificarme; los compositores deben escribir su verdad.”
Su visión del arte es clara: la sinceridad vale más que cualquier fórmula. “Un compositor escribe canciones todo el tiempo, mientras que cualquiera puede escribir una canción en cualquier momento.” “Si tengo un arrepentimiento, es que en los 80 debería haber sacado más discos. Tenía suficientes canciones, pero por alguna razón fui demasiado exigente. Pensaba: ‘no es lo suficientemente bueno’, cuando debería haberlas publicado todas.” destaca.
La relación de Adams con la música siempre fue más espiritual que estratégica. “La música no es terapia, pero es una liberación, una alegría, un placer.” Esa libertad lo llevó a sostener una carrera acortar caminos: “Nunca tomé un préstamo ni pedí un centavo a nadie. En parte porque no sabía cómo hacerlo, pero también porque mi orgullo nunca me lo habría permitido. Desde el principio se trató de hacerlo bien, por los méritos de la música.”
Lejos del glamour de la industria, el canadiense mantiene una mirada simple sobre su lugar en el arte. “Siempre supe que estaría en la música de alguna forma. No sabía si tendría éxito, pero sabía que haría algo en ella. Tal vez conseguir un trabajo en una tienda de discos, o tocar en una banda. Nunca entré en esto para ser una estrella.” De hecho, lo aclara sin vueltas: “Nunca me enamoré de la idea de ser una celebridad. La ambición no es la fama, la ambición es ser creativo.” Y con un toque de ironía, agrega: “Ser una celebridad… no se me ocurre nada más vergonzoso.”
Su filosofía personal se apoya en la intuición: “Solo confié en mi instinto en todo. No confío en mi cabeza, no confío en mi corazón, confío en mi instinto.” Y también en una mirada hacia adelante: “No soy del tipo de persona que se detiene en el pasado, sino que vive el momento. Una vez que una canción sale al mundo, es hora de escribir otra. A veces acertás, a veces no.”
Con respecto a su vínculo con el público, Adams declaró “Si tu música es buena, vas a tener fans. No porque pases tiempo chateando en redes sociales.” En su opinión, “las redes sociales son una distracción gigante del objetivo final, que es perfeccionar tu oficio como compositor. El tiempo se aprovecha mejor en una letra ingeniosa que en un tuit ingenioso.”
Esa convicción se refleja en cada show: “Miro a todos, todas las noches, desde cuando están sentados hasta cuando se ponen de pie al final, y siento una especie de reinvención, de entrega, de presentar estas canciones en su forma más pura.”
La permanencia de sus himnos también lo emociona: “Puede ser lo más gratificante para un compositor pensar que su música trascendió las décadas y sigue inspirando a la gente.” Y su respeto por el público es absoluto: “Que ustedes se sienten bajo la lluvia para verme, significa que son una audiencia increíble.”
