Una de las bandas de Power Metal más grande de la historia, Helloween, regresa a la Argentina para celebrar sus 40 años de carrera.
El conjunto prepara su show más grande en el país para presentarse el domingo 13 de septiembre en el Movistar Arena.
Las entradas estarán disponibles a partir del 16 de diciembre a las 10 de la mañana en la web del recinto.
Weikath y el mapa interno de su creatividad
Michael Weikath, histórico guitarrista de Helloween, abre una ventana íntima a su forma de crear, sentir y pensar la música. “Tiene que ser bueno, solo tengo que escucharlo durante dos semanas y después lo entendiste.” Para él, las obras cambian según la escucha, algo que se vuelve evidente cuando recuerda cómo un disco completo puede revelar nuevos sentidos: “A veces, si ponés el álbum entero, después pasan cosas que no reconociste en las primeras vueltas.” Incluso el ánimo altera la percepción: “Dependiendo del humor en el que estés, puede ser una experiencia diferente… Sí, hay una magia extraña en ese álbum.”
Weikath también exhibe su fanatismo histórico por Rainbow: “Personalmente creo que es uno de los mejores trabajos que Blackmore hizo, que Rainbow hizo con Graham Bonnet como compañero.”. Su creatividad, dice, convive con un anclaje retro imposible de ignorar: “Es muy difícil sacar cosas modernas de mí. Me la imaginé con una vibra tranquila, de los setenta, que es lo que prefiero de todos modos.”
Identidad, filosofía y la comunidad creativa
Weikath se mueve entre lo artístico y lo espiritual con la misma naturalidad. A veces desea que el mundo recupere orden sin violencia: “Si hay algo elevado en la realidad, uno puede quejarse del estado de las cosas y desear que alguien tomara una espada llameante y pusiera todo en orden, sin matar a nadie por supuesto.” También cree en el potencial humano: “Todos pueden ser dios si confían en sus cosas positivas, sus poderes y habilidades.” y “A veces la gente no piensa tanto en los poderes que podría tener.” Deja un mensaje directo: “Solo intentá, las pequeñas cosas hacen la diferencia.” y defiende el valor de encontrarse con pares: “Cuando te juntás con gente afín… mejor seguir adelante por el bien de la humanidad.”
Su mirada filosófica aparece cuando define cómo cambia la percepción según el símbolo o la carga emocional: “Al decir el nombre de Dios, uno puede aplicar diferentes medidas de sentimiento sobre la situación.”
Su visión del arte es abierta, sin doctrinas: “Puede que sea todo sobre esa lucha entre el bien y el mal o lo que sea… Es libre de ser interpretado por el oyente.” y “No hay un significado real. Cada uno puede tener sus propios pensamientos.” Incluso él duda del trasfondo visual de ciertas obras: “Yo también me preguntaba si había un significado detrás o si simplemente estaba pensado para verse bien.”
