El músico, compositor y DJ uruguayo, Juan Campodónico, comenzó su carrera solista y presentará en vivo su nuevo álbum "Todo esto tampoco soy yo" en 2026 con un show muy íntimo.
La fecha para esta velada es el viernes 6 de marzo a las 21 horas en Artlab (Roseti 93), lugar que se destaca por su increíble calidad de sonido y conceptos visuales únicos.
Las entradas son limitadas y se pueden adquirir en la web oficial del recinto en este enlace.
Un primer plano personal: la necesidad de decir “yo”
Para Juan Campodónico, la música ocupó siempre un lugar esencial: “Un lugar muy central, fue lo primero que estudié por elección desde muy joven”. La vivió desde múltiples roles: “He hecho música desde siempre, por pasión y para ganarme la vida”, y repasa esa trayectoria multitarea: “Jugué muchos roles: docente, guitarrista, compositor, artista, cantante, productor e ingeniero”. Explica que siempre interpretó el mundo a través del sonido: “Interpreté muchas cosas a través de ella”, y que su interés va más allá de lo técnico: “Me gusta saber el cómo y por qué de cada estilo, no solo de lo musical sino de cómo surge desde lo social y el contexto”.
El salto a su camino solista llegó casi como una necesidad interna: “Luego de mucho camino en proyectos colectivos, encontré que tenía ganas de hacer algo más personal, si fuera una foto, querría que este momento fuera un primer plano, presentarme como persona”. Subraya que esta nueva etapa le permite decir cosas que no tenían espacio en otros proyectos: “Hay temas en mi música que son muy personales y no podrían haber estado en mis otros proyectos”, y celebra esa libertad creativa: “Encontré una hoja en blanco para hablar desde Juan Campodónico”. Por eso esta vez lo guía otra lógica: “Siempre hice proyectos más conceptuales, pero en este momento me guía un relato personal”.
Su identidad musical aparece mezclada en capas: “Es un disco donde se expresan todas mis vetas musicales”, desde “el tango, el hip hop, mi faceta de productor, sonidos muy uruguayos” hasta pequeñas tendencias actuales. Producción y música son para él un mismo territorio: “Para mí es lo mismo, ambas disciplinas se entrelazan”.
La paternidad también marcó este proceso: “Este momento tiene que ver con el nacimiento de mi hijo, se dio en paralelo a la gestación”, y reconoce ese impacto emocional: “Algo tendrá que ver esta nueva etapa con la llegada de Milo”.
El disco se ordena casi como un pequeño ritual familiar. El primer tema se llama “Milo”: “Esa melodía la escribí el día que nos enteramos que venía”. El cierre es “Simplemente la belleza”, construido sobre archivo afectivo: “Sampleé fragmentos de un discurso de mi papá del 87 sobre la belleza, patrimonio nuestro y no del oscurantismo”. Ese tema funcionó como bisagra: “Recién cuando tuve ese tema terminado sentí que tenía el disco”, y resume el gesto: “Es señalar de dónde vengo y hacia dónde voy”.
Un viaje sonoro, colaboraciones y una búsqueda artística abierta
El álbum dura “39 minutos con 39 segundos”, pensado para formato vinilo. La estructura responde a un concepto simple: “El orden es un viaje”, donde “cada canción es un mundo, pero resuena con las otras” y donde “es mucho más rico escucharlo entero”.
Las colaboraciones funcionan como un mapa biográfico: “Quería que las colaboraciones también refirieran a mi trayecto musical anterior”. Aparecen figuras cercanas como “Jorge Drexler y Sebastián Teysera”, junto a voces más jóvenes como “Zeballos, Eli Almic, Camila Rodríguez y Jósean Log”. Con este último, además, conecta con su infancia: “Él me lleva a mi pasado mexicano, me crié allí de los 5 a los 14 años”, y suma incluso un guiño estilístico: “Ese ‘cha cha cha’ deforme de ‘Frik’ tiene que ver”.
El concepto de “Frik” resume su espíritu lúdico: “Viene de ‘Freak’, pero con la ‘i’ latinizada”, y funciona como columna del debut: “Forma parte de mi primer trabajo como solista”. Explica su carácter múltiple: “La versión producida es post-punk, por momentos cha-cha-chá o trap, y la versión acústica es una canción de cantautor”. La colaboración con Jósean también dejó su marca: “Él le agregó cosas como el lenguaje inclusivo, transformó partes como ‘nosotres’”. Campodónico abraza la idea central del tema: “La temática es la singularidad y cómo todos somos diferentes”, y sugiere un deseo colectivo: “Todos somos freaks, hagamos una revolución cuidándonos los unos a los otros”.
Su visión sobre la música perdurable se sostiene en el tiempo: “La música que hice perduró, nunca fue número 1 ni 10”, y defiende la paciencia artística: “La música debe tomarse su tiempo”. Cree en un espacio donde conviven lo popular y lo artístico: “Ese lugar existe”, aunque reconoce que no todo trasciende: “Hay canciones que hacen bailar un mes y después no existen”.
