Hace unos minutos llegó el sorpresivo anuncio de que uno de los tríos japoneses más innovadores, Lamp, llegará por primera vez a la Argentina.
El conjunto se presentará el 8 de octubre en el C Art Media.
Las entradas se podrán a la venta el 1 de agosto a las 10 de la mañana en la web de Passline.
“Después de 20 años, creo que logramos crear un sonido que es distintivamente Lamp”, reflexionan, convencidos de que su evolución está ligada a sus vivencias: “Nuestra música siempre ha sido un reflejo de dónde estamos en la vida, de nuestras experiencias. A medida que envejecemos, nuestras perspectivas cambian, y eso se refleja en las letras y las melodías”.
El proceso creativo del trío se basa en la intuición y la paciencia. “Realmente no creamos canciones con un método fijo; es más bien un proceso orgánico”, explican. Cada tema puede nacer de formas distintas: “A veces, una melodía surge primero, otras veces una progresión de acordes, o incluso una simple palabra o frase. Lo importante es capturar esa chispa inicial”. Para ellos, no hay reglas estrictas: “Siempre estamos buscando algo que nos emocione, algo que suene fresco para nosotros mismos”. Comparan la construcción de cada canción con un trabajo artesanal: “El proceso de arreglar las canciones es donde realmente se transforman. Es como esculpir; añades capas, quitas otras, hasta que la pieza se siente completa”.
La química entre sus integrantes es esencial: “La conexión entre nosotros tres es fundamental. Nos conocemos muy bien, y eso se traduce en la forma en que interactuamos musicalmente. Somos amigos antes que compañeros de banda, y esa amistad es el cimiento de todo”. Ese vínculo fue clave para sostener su identidad a lo largo del tiempo: “No nos sentimos obligados a repetirnos. Queremos seguir explorando y creciendo como músicos”.
Las influencias que nutren su sonido provienen de diversas épocas y estilos, aunque reconocen una afinidad especial por la música pop, soul y bossa nova de los 60 y 70. “Siempre estuvimos muy influenciados por la música de los años 60 y 70… Hay algo en la melodía y la armonía de esa era que nos atrae profundamente”, cuentan. Sin embargo, su objetivo nunca fue quedarse en la nostalgia: “No queremos ser una banda de 'revival'; queremos absorber esas influencias y crear algo nuevo con ellas”. Su meta es la permanencia: “Nuestra intención es hacer música que sea atemporal, que no suene fechada, que pueda ser escuchada dentro de 20 o 30 años y aún resuene”.
La banda busca transmitir una sensibilidad diferente: “Nos gusta que nuestra música tenga una sensación agridulce, una melancolía que te haga sentir, pero que también tenga un toque de esperanza. Esa dualidad es importante para nosotros”. En palabras de Lamp, “la clave para la longevidad de la música es su honestidad y su capacidad de evocar emociones humanas universales”.
Para ellos, la prioridad sigue siendo hacer música que aman: “Nuestra filosofía siempre fue hacer música para nosotros mismos primero. Si a la gente le gusta, es una gran ventaja”. El alcance global que lograron es algo que todavía los asombra: “El hecho de que nuestra música sea escuchada por personas de todo el mundo es algo que nunca imaginamos, y estamos increíblemente agradecidos por ello. Demuestra que la música verdaderamente no tiene fronteras”.
