Una de las bandas más icónicas del hardcore punk de Australia, Speed, llegará por primera vez a la Argentina.
El conjunto llegará al país el sábado 14 de marzo de 2026 en Uniclub.
Las entradas ya están a la venta en la web de Al Pogo en este enlace.
Desde la ruta, en medio de una gira extensa, Jem Siow, cantante de la banda, habló sobre el momento vital y emocional que atraviesa Speed y cómo ese estado se filtra directamente en la música nueva. “La música que creamos ahora le pertenece a decenas de miles de personas más de las que jamás imaginamos. De verdad queremos hacer lo correcto con eso, lo mejor que podamos humanamente”. Las canciones nacen desde un lugar íntimo pero son para que todo el mundo se sienta identificado: “Estas canciones son sobre honrar a nuestros hermanos que dejaron un hueco en nuestros corazones, y también a nuestros amigos y a nuestra familia en casa”.
Al profundizar en el espíritu de All My Angels, Jem aclaró que el eje no se agota en el duelo. “Tal vez tiene que ver con la edad, ahora que estoy en mis treinta”, reflexionó, "pienso mucho en el sentido y el propósito, en la aceptación, la presencia, la compasión, la lealtad”. Ideas que vienen del hardcore, pero que hoy se viven de otra manera: “Estamos devastados, pero al mismo tiempo fue algo muy afirmador de la vida. Todo en lo que alguna vez creímos se siente verdadero”.
Sobre el proceso creativo, Jem explicó por qué este material marca una diferencia. “Esta es la primera tanda de canciones que escribimos con completa libertad creativa, stamos tratando de descubrir más nuestra propia voz, no queríamos simplemente repetir lo que ya hicimos, sino dejar que las canciones respiren un poco más”.
Cuando habló de qué espera que el público se lleve del disco, fue directo: “Con que alguien sienta algo, ya es una victoria. Solo sentir algo, lo que sea, ya es ganar. Hardcore siempre fue sobre amor, amistad y conexión, no sobre nostalgia”.
Más adelante, Jem se detuvo en la pérdida que atravesó a la banda. “Uno de nuestros amigos más cercanos se quitó la vida. Se llamaba Aje. Vino desde Corea del Sur sin conocer a nadie y terminó convirtiéndose en un hermano para nosotros. Estar tocando para diez mil personas y al día siguiente enterarte de que uno de tus mejores amigos se suicidó suena imposible de superar”.
Sin embargo, ese golpe reafirmó el sentido del proyecto. “Esta banda existe para contar nuestra historia, que es la historia de nuestra familia y nuestros amigos”, explicó “Eso validó absolutamente todo en lo que creíamos antes de esta banda”.
Joshua Clayton sumó otra mirada al hablar de identidad. “Necesitábamos mantener ese sentido de identidad, pero también empujar un poco el límite. Creás tu mejor arte cuando perseguís la autenticidad, cuando tratás de ser genuino con quién sos”, ligando música, estética y pertenencia a una misma raíz.
