Hoy jueves 7 de agosto se estrena "Otro viernes de locos", la secuela de la ya clásica película de Disney con varios de sus actores originales incluyendo a Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan que logran mantener intacta la química entre ambas, desplegando una energía natural y eléctrica que convierte a la película en un buena película familiar. La producción equilibra con éxito escenas divertidas y emotivas, tocando temáticas como la parentalidad, la soledad y el crecimiento personal sin perder ese toque fresco y renovado.
El uso de la nostalgia es uno de los puntos fuertes, logrando captar con precisión la esencia de las películas clásicas de Disney de principios de los 2000 sin caer en la sobreexplotación. Además, el espectador puede sentir ese mensaje cálido y profundo sobre el amor incondicional y la importancia de la familia elegida, brindándole el corazón necesario para emocionarse.
Si bien el guion presenta ciertas fragilidades narrativas y algunas pequeñas escenas dan vergüenza ajena, sinceramente no afecta para nada la experiencia total que termina siendo muy satisfactoria. "Otro viernes de locos" es una propuesta superadora respecto a su primera entrega, dandole más complejidad a sus personajes y la trama, sin dejar de lado la diversión y el mensaje positivo que deja.
⭐ 8/10
Jamie Lee Curtis volvió a alzar la voz contra los mandatos estéticos en Hollywood y la presión sobre las mujeres para modificar su apariencia. En una serie de entrevistas recientes, la actriz fue tajante sobre los procedimientos cosméticos y su impacto devastador en generaciones enteras.
“La boca de cera es mi declaración contra la cirugía plástica. Fui muy vocal sobre el genocidio de una generación de mujeres a manos del complejo industrial cosmeceútico, que se desfiguraron a sí mismas. La boca de cera lo deja clarísimo”, disparó en The Guardian, usando una metáfora tan literal como provocadora.
Curtis no se guarda nada. Denuncia el sistema que empuja a las mujeres a borrar su apariencia natural y llama a las cosas por su nombre: “Uso esa palabra hace mucho, y la uso justamente porque es fuerte. Creo que eliminamos una o dos generaciones de aspecto humano natural. La idea de que podés modificar tu cara con químicos, cirugías, rellenos... hay una desfiguración de generaciones, sobre todo de mujeres. Y eso se potencia con la inteligencia artificial, porque ahora todos quieren la cara filtrada”.
Con una mezcla de dureza y empatía, la actriz de Freaky Friday también marca un límite: no pretende sermonear a quienes eligen operarse. “No. No. Porque no me importa. No es asunto mío. No voy a decirle a alguien: ‘¿qué te hiciste?’ Solo sé que es un ciclo que no termina más. Una vez que empezás, no podés parar. Pero no es mi trabajo opinar; no es mi problema”.
Incluso aclaró que sus críticas no son para generar culpa: “Los que eligen hacerse procedimientos estéticos no deberían sentirse juzgados por mis comentarios… no estoy predicando, no me corresponde”.
Más allá del tema estético, Curtis también reflexionó sobre el paso del tiempo, su carrera y el vínculo con Lindsay Lohan en la secuela Freakier Friday, que se estrenará en cines y no en plataformas. “Creo que Freaky Friday es como comida reconfortante del cine: te hace reír, llorar, te levanta el ánimo… y salís del cine sintiendo que no estás solo. Si hubo un momento para sentirse acompañado, es ahora”.
Sobre su química con Lohan, no dudó: “Sentí como si no hubiese pasado el tiempo, ¡lo cual es una locura!”. Y agregó con humor y convicción: “Soy más joven hoy que hace 22 años, cuando filmamos esa película. Me siento más joven. Mi mente es más joven. Mi creatividad está en esteroides”.
Curtis, lejos de correrse, sigue desafiando la industria con su honestidad brutal. Y como ya anticipó al New York Post, no piensa quedarse a mirar cómo se apaga la fiesta: “Quiero irme antes de que dejen de invitarme”.
