Tame Impala, el proyecto liderado por Kevin Parker, lanzó su quinto álbum de estudio, "Deadbeat". El trabajo llega luego de meses de expectativa, impulsado por tres sencillos que arrasaron en los rankings: "End of Summer", "Loser" y "Drácula", que ingresaron en el Hot 100 de Billboard y marcaron los debuts más altos de su carrera en las listas AAA y Alternative.
El nuevo disco mezcla psicodelia con ritmos de club, en un equilibrio entre introspección y energía visceral. Parker, que escribió, produjo, mezcló e ingenierizó todo el álbum, vuelve a su raíz australiana y rescata la esencia noventosa de la escena de Margaret River, con un sonido más crudo y minimalista, lleno de texturas nuevas y voces más versátiles.
El álbum vino con un nuevo video promocional, el de "My Old Ways", dirigido por Kristofski, combina una estética de cinéma vérité con imágenes del proceso creativo. Mientras tanto, la gira mundial de presentación arrancará el 27 de octubre en el Barclays Center (Nueva York) y concluirá el 17 de noviembre en Los Ángeles, antes de cruzar a Europa y Reino Unido en 2026.
Escuchá "Deadbeat" a continuación:
Listado de canciones de "Deadbeat"
1. My Old Ways
2. No Reply
3. Dracula
4. Loser
5. Oblivion
6. Not My World
7. Piece of Heaven
8. Obsolete
9. Ethereal Connection
10. See You On Monday (You’re Lost)
11. Afterthought
12. End of Summer
El nacimiento de "Deadbeat": un álbum sobre fallar y seguir adelante
En una entrevista con GQ, Parker confesó que su proceso creativo no fue sencillo ni lineal: "Terminé cada álbum porque se me acabó el tiempo. Siempre hay algo por hacer. Me gusta estar ajustando cosas todo el tiempo. Pero los últimos seis meses trabajando en el disco fueron quizá los seis meses más intensos de trabajo de toda mi vida." Con esas palabras refleja la ansiedad y la obsesión que definen su método.
El músico reconoció además que "Deadbeat" surgió de una sensación de agotamiento y desajuste con el mundo: "Deadbeat es la sensación de estar a la zaga en la vida y en el mundo, de no poder poner tu vida en orden, de ser un ser humano inferior." demostrando que Parker quiso transformar la frustración en arte, el caos en ritmo.
Aun así, el australiano convierte esa autocrítica en fortaleza: "Y eso es deprimente hasta que lo llevo como una insignia, y entonces me siento bien, más fuerte. Si puedo entrar a una habitación llena de gente y todos saben que soy un fracasado, que soy una mierda, entonces voy a pasarla mejor." buscando la aceptación del error como parte del proceso creativo y personal.
En el tema "Drácula", Parker recordó el instante en que supo que estaba frente a algo importante: "Temblaba de emoción, estaba estremecido. Sentía que era como, 'Ah, mierda, está pasando'."
Su relación con la electrónica también toma un lugar especial. "Gran parte de mi amor por el techno viene de mi frustración por no poder hacerlo". En lugar de buscar la perfección, Parker decidió moverse dentro de lo imperfecto, entre maquetas ruidosas, percusiones distorsionadas y atmósferas que recuerdan tanto al house europeo como al rock alternativo de los 2000.
Al final, "Deadbeat" es también una reflexión sobre la identidad. "Sé que todos los que me ven, mi vida y mi carrera piensan que soy lo opuesto a un fracasado, porque tengo éxito. Pero cuanto más éxito tengo, más siento que vivo una mentira. Es una farsa."
Kevin Parker escribió, produjo, mezcló y masterizó cada tema porque fue parte de un proceso 100% personal. "Al final del día, todo es una curita, sin juego de palabras. No tengo idea de qué tipo de persona me habría convertido si todo esto no hubiera pasado." detalló.
