Este viernes 24 de octubre, la banda Mago Santo estrenará oficialmente su primer álbum “El Puente hacia mí” en Club Cultural Bula (Bulnes 998, Palermo), en una noche especial junto a músicos invitados.
Las entradas ya están disponibles a través de Alpogo en este enlace.
Formado por Santiago Seghezzo (voz y guitarra), Gabriel Wagner (guitarra y coros), Marcelo Bevilacqua (bajo y coros) y Martín Seghezzo (batería y coros), el grupo fusiona pop y rock argentino con letras que reflejan introspección y energía vital. Desde su nacimiento en 2022, Mago Santo se destacó por sus melodías contagiosas y armonías vocales que crean un sonido potente y emocional.
“El Puente hacia mí” marca el debut discográfico de la banda, un trabajo que combina intensidad eléctrica y sensibilidad lírica, explorando la conexión entre el mundo interior y el poder del rock. Con influencias que van del rock clásico al pop contemporáneo, el álbum refleja una búsqueda personal y espiritual en medio del vértigo urbano.
El disco incluye diez canciones compuestas principalmente por Santiago Seghezzo, grabadas entre Estudios Romaphonic y Estudios Garra, con producción a cargo de Seghezzo y Aaron Oliver. Editado por ALBAVMUSIC y con Universal como editorial, el trabajo recorre temas como “El momento perfecto”, “Sale el sol”, “Gloria”, “Mil vidas” y “Fantasmas en la ciudad”.
El tema “Frenesí”, que cierra el álbum, fue elegido como cortina musical del programa “El Noticiero AM” de La Nación+, consolidando el alcance mediático del proyecto. Además, los sencillos “Flotan jardines” y “Sale el sol” cuentan con videoclips disponibles en YouTube.
Detrás de Mago Santo hay una historia musical extensa. Santiago Seghezzo también lidera desde hace más de 15 años The Police Station, un reconocido tributo a The Police, pero hoy canaliza toda su creatividad en esta nueva etapa como autor, compositor y productor.
Con “El Puente hacia mí”, la banda inaugura una nueva voz dentro del pop rock argentino, con letras sensibles y un sonido que invita tanto a la reflexión como a la celebración.
El Santo Mago es mucho más que una banda: es una declaración de principios, una filosofía hecha canción. Su creador entiende el arte como una extensión de la mente y la energía, una forma de materializar aquello que primero nace en el pensamiento. “Todos somos creadores de realidades y creamos todo desde el pensamiento, desde la energía. Después, se transforma en realidad, por eso la palabra mago. El santo quizás le dé un toque místico al nombre y esa conjunción me parecía buenísima”, explica el músico, convencido de que la creación artística es también un acto espiritual.
El proyecto comenzó a tomar forma cuando comprendió que esa idea podía aplicarse en su propia vida. “Comencé a hacerle foco cuando me di cuenta de que podía ponerlo en práctica en mi propia vida”, recuerda, marcando el punto de partida de un proceso que trascendió lo musical para convertirse en una forma de vivir.
Esa transformación interior se refleja directamente en su obra. “Si bien estamos educados de otra forma, desde hace un tiempo que estoy totalmente enfocado en eso. Hay que darse cuenta de que todo depende de cada uno, de que somos la realidad que creamos, de que somos únicos responsables de todo lo que nos pasa, de que no hay que echar culpas a nadie ni a nada”, sostiene. Y agrega con convicción: “Hay que ver que todo lo bueno y lo malo, todo lo que pasa, depende de mí. Ver lo bueno para seguir en ese camino y ver lo malo para encarrilarse”.
Aunque lleva más de una década vinculado al arte, el salto llegó cuando decidió poner su música en el centro. “Si bien me dedico a la música desde los 12 años, nunca me animé a que fuera el centro de mi vida”, reconoce. Pero esa etapa quedó atrás: “Hoy estoy cien por ciento convencido de todo esto y por eso lo quise reflejar en la banda. Que mi música sea el objetivo absoluto de vida y la idea es llevar esa bandera como filosofía principal del grupo”.
Esa búsqueda personal se traduce en letras que invitan a mirar hacia adentro. “La mayoría de las canciones, desde distintos aspectos, desde distintos puntos de vista, abordan esa filosofía”, cuenta. Cada tema parece una afirmación sobre la importancia del desapego y la autenticidad, como refleja en uno de sus mensajes más directos: “La música que hago es lo que me nace hacer sin estar pendiente de los resultados. El puente hacia mí habla de eso, del desapego. Desapego total al resultado”.
Su forma de componer responde a una conexión profunda entre emoción, mente y energía. “Si estoy constantemente viendo cómo está resultando empiezo a cargarme de peso. Lo que estoy haciendo es de corazón, estoy guiando todos mis pensamientos, emociones y energías a que esto va a llegar a todo el mundo. Y de esa forma estoy liviano, no me importa el resultado; va a llegar. Sé que va a llegar”, afirma, convencido de que el verdadero éxito es permanecer fiel a la intención inicial.
Incluso frente al avance de la tecnología, mantiene una postura clara sobre el rol del artista. “Sí, la inteligencia artificial es una ayuda, me gusta usarla para cosas que no compitan contra el corazón, por decirlo de alguna forma. No podría jamás hacer una canción con inteligencia artificial. Que sea herramienta técnica y no creativa”, sentencia.
