Uno de los cantantes románticos más emblemáticos, Marco Antonio Solís, hoy da el primero de sus 3 shows en Argentina.
Por su gran éxito en ventas, el músico tendrá 3 noches inolvidables el 20, 21 y 24 de noviembre en el Movistar Arena.
Las últimas entradas ya están a la venta en la web del Movistar Arena en este enlace.
Horarios
Puertas 19:00 hs
Desha 20:30 hs
Inicio del show: 21:00 hs
Precios sin cargo por servicio:
Campo sentado: desde $175.000
Platea baja: desde $150.000
Platea alta: desde $80.000
Cómo llegar
Subte
Línea B – Estación Dorrego
Trenes
Urquiza – Estación Federico Lacroze
San Martín – Estación Villa Crespo
Colectivos
19, 34, 42, 47, 55, 63, 65, 71, 76, 78, 87, 90, 93, 99, 108, 109, 110, 111, 127, 166
Accesos al estadio / ingreso por sectores
Acceso 1 – NUEVO ACCESO
Av. Dorrego 489
Platea Baja: 101 a 109
Platea Alta: 301 a 309
Acceso 2 – Humboldt 450
Campo: A, B, C, D, F, G, H, J, K, L, M, N
Acceso 3 – Av. Corrientes 6094
Platea Baja: 110 a 118
Platea Alta: 310 a 317
Movilidad Reducida: ingreso por Av. Corrientes 6094
Referencias de calles cercanas
Av. Dorrego
Humboldt
Padilla
Camargo
Marco Antonio Solís, uno de los artistas más influyentes de la música latina, sigue escribiendo su legado con honestidad, emoción y un vínculo inquebrantable con el público. Aunque en más de una ocasión pensó en dejar los escenarios, su motor sigue intacto. “Pienso en el retiro, pero al otro día despierto con ánimo”, confesó recientemente en una entrevista con la agencia EFE.
Su carrera, marcada por décadas de éxitos, premios y canciones inolvidables, no fue producto del azar. “Siempre me gustó cantar, a mis amiguitos y a los maestros les empezó a llamar la atención cómo lo hacía. La composición empieza a los 12 o 13 años y fue algo que se me dio natural”, recordó sobre sus inicios. Y aunque en su niñez soñaba con caminos muy distintos —“Al principio yo me inclinaba por el sacerdocio, imagínate, o ser payaso… y terminé siendo un poco de los tres”—, la música terminó transformándolo para siempre.
Reconocido como Persona del Año en los Latin Grammy 2022, Solís reafirmó lo que considera su verdadera herencia: “Mi legado son mis canciones, lo que he escrito con honestidad y que se ha internado en el corazón de todos los mexicanos”. Y no solo en México: su música cruzó generaciones, idiomas y fronteras. “Las canciones románticas son atemporales, duran para siempre. He encontrado mucha juventud, jóvenes de 20 o 21 años a los que les encanta una canción que escribí hace 40 años”, afirma.
A lo largo de su trayectoria, El Buki también forjó una filosofía de vida y trabajo que lo mantiene firme. “He aprendido mucho y sigo aprendiendo. Hoy sé que todo llega en su momento, que es muy importante sembrar buenas semillas en el camino y no salirnos de la ruta que nos propusimos recorrer”, explicó en diálogo con Caras, y agregó: “El fracaso es la antesala del éxito, y que nada que no nos cueste mucho, tendrá peso en nuestro corazón”.
En tiempos donde la fama suele aplastar lo personal, él tiene clara la prioridad: “Si crece más nuestra carrera que nuestra vida personal, nos encontraremos con vacíos existenciales profundos y desoladores”. Por eso, dice, su brújula es clara: “Mientras la respuesta sea honesta y positiva, todo está bien; ese es mi caso, gracias a Dios”.
La gratitud es otro pilar constante en su discurso. “Me sentí muy consentido por el gremio artístico… muy orgulloso de poder compartir con mi familia, amigos y compañeros ese gran momento… siempre con la gratitud y el amor que siento por mi querido México”, expresó emocionado tras recibir uno de los premios más importantes de su vida.
Y aunque su recorrido parece completo, Marco Antonio Solís sigue proyectando el futuro con entusiasmo. “Más adelante, me gustaría producir y asesorar las carreras de nuevos jóvenes artistas y, sobre todo, a compositores”, aseguró. Su experiencia, cree, puede ser una herramienta poderosa: “Creo que mi experiencia y la creatividad fresca y actual darían muy buenos resultados”.
A sus más de cuatro décadas sobre los escenarios, Solís sigue motivado por la misma chispa: “No, yo no soy conformista… Me gusta explorar siempre un poquito más”. Y ese impulso —mezcla de amor, vocación y sensibilidad— es el secreto de su permanencia: “No hay más secreto para permanecer, que amar lo que hacemos y disfrutarlo cada vez más”.
