La industria del entretenimiento vive uno de sus movimientos más grandes del siglo: Netflix adquirió Warner Bros., HBO y HBO Max en una operación valuada en 82.700 millones de dólares de valor empresarial y 72.000 millones de valor patrimonial, después de una peleada puja por parte de Paramount–Skydance y Comcast. El acuerdo se cerró en una negociación exclusiva que empezó apenas la noche previa al anuncio y contó con la aprobación unánime de ambas juntas directivas.
Ted Sarandos declaró: “Sé que algunos de ustedes están sorprendidos de que hagamos esta adquisición”, ya que desde Netflix siempre aseguraron que son “constructores” que de “compradores”. Aun así, el movimiento se realizó con total normalidad.
La operación establece que cada accionista de WBD recibirá 23,25 dólares en efectivo y 4,50 dólares en acciones de Netflix, según el documento oficial: “Cada accionista de WBD recibirá $23,25 en efectivo y $4,50 en acciones ordinarias de Netflix por cada acción ordinaria de WBD”. Además, el acuerdo incluye una cláusula de ruptura de 5.800 millones en caso de bloqueo regulatorio, un riesgo real en Estados Unidos, donde se advirtió sobre la concentración de mercado. El congresista Darrell Issa dijo: «Con más de 300 millones de suscriptores globales y una vasta biblioteca de contenido, Netflix actualmente ostenta un poder de mercado inigualable».
Mientras tanto, Sarandos aseguró que el proceso avanza: “Hemos firmado un acuerdo [y] estamos trabajando a toda velocidad para obtener la aprobación regulatoria”. La empresa estima un cierre entre 12 y 18 meses, sujeto a la separación total de Discovery Global en 2026.
Netflix destacó el impacto inmediato en su oferta: “Al añadir las extensas bibliotecas de cine y televisión, y la programación de HBO y HBO Max, los miembros de Netflix tendrán aún más títulos de alta calidad para elegir. Permite optimizar los planes para los consumidores, mejorando las opciones de visualización y ampliando el acceso al contenido”. Esto implica que, aunque HBO Max seguirá como servicio independiente por ahora, parte de su programación —incluyendo franquicias como Los Soprano, Juego de Tronos, The Big Bang Theory, El Mago de Oz y el Universo DC— se incorporará al catálogo de Netflix: “Franquicias, series y películas tan queridas […] se unirán al extenso portafolio de Netflix”.
El comunicado conjunto lo resume con ambición: «Esta adquisición une dos negocios pioneros de entretenimiento, combinando la innovación, el alcance global y el servicio de streaming de primera clase de Netflix con el legado centenario de Warner Bros. de narrativa de primer nivel». Greg Peters reforzó la idea: «Warner Bros. contribuyó a definir el entretenimiento durante más de un siglo», mientras que su escala global permitirá “acercar a un público más amplio los mundos que crean”.
Entre los beneficios económicos, Netflix proyecta un ahorro anual de “entre 2.000 y 3.000 millones de dólares” para el tercer año y anticipa que la operación mejorará sus ganancias por acción desde el segundo año. El acuerdo también preserva los estrenos cinematográficos de Warner Bros. hasta 2029, aunque algunos críticos advierten una gran problemática en los estrenos de cine en la pantalla grande. A la vez, la compañía promete “más oportunidades para la comunidad creativa” y una expansión fuerte de su producción en Estados Unidos: «Esta adquisición mejorará las capacidades de los estudios de Netflix […] y seguirá aumentando la inversión en contenido original a largo plazo».
Desde Warner Bros., David Zaslav definió la magnitud del momento: «El anuncio de hoy une a dos de las compañías de narrativa más importantes del mundo», recordando que “durante más de un siglo, Warner Bros. cautivó al público y moldeó nuestra cultura”. Y aseguró que, con la fusión, “personas de todo el mundo seguirán disfrutando de las historias más impactantes durante generaciones”.
