La banda reybruja acaba de lanzar “Virgencitas y malvones”, tercer adelanto de su primer álbum previsto para mediados de año, una “carta abierta” que en palabras de Juan Manuel Fombella “cuenta el drama de un pibe que se lamenta por algo que nunca fue… un payaso”. La canción se mueve entre la añoranza y la crudeza emocional, describiendo un “duelo unipersonal” que se plasma en un video, dirigido por Fombella y Rodrigo Martini, con fotografía de Julian Kominek.
El álbum debut de reybruja, grabado en El Mejor Estudio por Javier Caso, producido por Mauro de Tommaso y mezclado y masterizado por Santiago De Simone (7AMmixing), propone un viaje dividido en dos mundos: “Es un disco que… está dividido en dos mitades… canciones más convencionales… y un costado más alternativo que se permite jugar un poco más”, adelanta Enzo Lupo. Para la banda, este material supone un salto cualitativo respecto a sus primeros pasos: “El sonido al que llegamos nos gusta… pero llegó con los recursos que teníamos… por eso hoy hay un salto notorio en calidad”.
La esencia del grupo mantiene un equilibrio entre la influencia de referentes clásicos y la búsqueda de un lenguaje propio: “Está presente la influencia del rock nacional más clásico… pero también lo que viene de afuera, como Sonic Youth… todo eso se mezcla en el sonido”, explica Lupo, reivindicando la fuerza disruptiva del género: “Alguna vez lo escuchamos… a Calamaro: ‘El rock and roll es gustar y ofender’. Es un género que tiene que hacer ruido y a la vez tener pegada”.
Escuchá "Piso 20" a continuación:
Un público joven y una escena en movimiento
Más allá del disco, la banda vive un presente marcado por una conexión genuina con la gente: “De pronto empiezo a darme cuenta de que en Capital… empezó a haber una escena grande de bandas y sobre todo de un público nuevo y muy joven”, relata Fombella. Ese público, agrega, “hace diez años… no existía. Hoy existe… si te metés al under porteño la diferencia es clarísima con lo que era hace unos años”. La reacción del público joven, de entre 15 y 16 años, es inmediata: “Iba a ver bandas y se dejaba atravesar totalmente”.
En lo musical, reybruja toma distancia de las modas pasajeras: “No tenemos ningún inconveniente con el trap… Pero a la hora de hacer canciones… nos llevó el corazón al lado del rock”, sentencia Lupo. “El rock and roll es gustar y ofender”, repiten, asumiendo el desafío de incomodar y seducir al mismo tiempo.
Una banda que vive en el escenario
En menos de dos años de actividad, reybruja ya superó los 70 shows en CABA y provincia, con más de 50 fechas solo en 2024, y se prepara para una nueva serie de recitales: 6 de junio en Mutar (Avellaneda), 7 en Monociclo (Banfield), 19 en Ciudad de Gatos (La Plata), 21 en Club Tri (Mar del Plata) y 28 en Mar Adentro (Ramos Mejía). Su EP debut, “SUPERESTRELLAS DEL BARRIO” (2023), definió la base estética del grupo, un revival del rock nacional con personalidad propia.
La formación actual cuenta con Enzo Lupo en voz, Juan Manuel Fombella y Lautaro Satalino en guitarras, Andrés Human en bajo, Sergio Peluso en batería y Rodrigo Martini en teclados. Todos comparten una filosofía que prioriza la honestidad y el riesgo creativo: “El sonido al que llegamos nos gusta… pero llegó con los recursos que teníamos”, reconocen, celebrando la evolución que los trajo hasta “Virgencitas y malvones”.
