Se compartieron las imágenes de Peter Lanzani interpretando a la leyenda de la música argentina, Luca Prodan, y los comentarios estallaron por la increíble personificación del actor. Se expresaron todo tipo de elogios a este gran trabajo.
Tras este proyecto, el cual marca también el debut de Peter como director de cine, podemos encontrar grandes nombres de la industria del cine: Armando Bó y Luis Ortega están a cargo de la producción, mientras que Martín Fisner está en la codirección y guion.
El film mostrará un lado más personal e íntimo de la estrella de rock: sus años en Roma y Londres para finalmente encontrarse a sí mismo en Argentina. Aún no hay fecha de estreno, pero se estima que salga a la luz a mediados de 2026.
Peter Lanzani atraviesa una etapa decisiva con el proyecto cinematográfico sobre Luca Prodan, un trabajo que empuja desde hace años y que finalmente tomó forma concreta. “El guion lo hicimos entre varios… todo forma parte de un proceso creativo donde estamos involucrados”, y confirma que actúa y produce: “Voy a actuar y también estoy ligado a la producción porque ayuda”. Cierra la idea subrayando la complicidad con el codirector Martín “Colo” Fisner: “Tenemos la película en la cabeza con el Colo Fisner… no importa quién ocupe cada rol, estamos en eso”.
Ese entusiasmo lo llevó a probar cosas en cámara para ver si el personaje realmente funcionaba. Lanzani cuenta que necesitaban validar la idea después de tantos años de trabajo: “Hicimos una especie de embrión porque es un proyecto con el que venimos desde hace muchos años”, y la prueba fue tan exigente como honesta: “Te vas desgastando, entonces nos fuimos a rodar algo… más que nada para saber si realmente seguíamos enamorados del proyecto”. Incluso se rapó para encarnar a Luca: “Hicimos una especie de corto y para eso me pelé”, y hoy puede afirmar sin dudas: “Está probado el personaje, funciona”. El material está editado y circula puertas adentro: “Tenemos algo editado, lo venimos mostrando internamente y gusta un montón”, siempre con la premisa de que la historia se centra en Luca como persona: “La película no tiene el foco puesto en Sumo sino en Luca como persona y en sus inicios fundacionales”.
La conexión artística y emocional con Prodan viene de lejos. Lanzani lo recuerda como un impacto inmediato: “Como cualquier fanático, lo primero que me deslumbró fueron su música y sus letras”, y también lo marcó su lugar en la historia argentina: “Lo que trajo a la escena nacional siendo un tano que hablaba inglés en plena guerra de Malvinas y viviendo durante la dictadura”. Esa fascinación creció: “Empecé con la música, me metí de lleno en su historia y me enamoré de su persona… me enamoró y no pude salir más de ahí”, hasta transformarse en una necesidad íntima: “Me interpeló muchísimo su historia y te diría que hasta tengo un compromiso espiritual con el proyecto”.
Por eso rechazan un enfoque estándar tipo biopic internacional. Lanzani es claro: “Tampoco queremos hacer una biopic como la de Freddie Mercury y otras… más poperas de cara al público”, porque buscan algo con más sensibilidad: “Lo nuestro va por otro lado, apunta más a la esencia… es una película de personajes y relaciones, de emoción desde las entrañas”. No quieren reconstruir hechos de forma literal: “No busca ser el cuentito que hable exactamente de lo que pasó”, sino algo con vuelo propio: “Tiene su vuelo y ensoñación… queremos contar una historia con nuestra propia impronta”, aunque reconoce el desafío final: “Después hay que hacerla”.
Su vínculo con Luis Ortega también aporta experiencia y aprendizaje. “Luis es un amigo, una persona muy inteligente y un talento enorme”, señala, y cuenta que lo visita en los rodajes porque ahí aprende: “Para mí es como ir a la universidad a tomar clases de dirección”. Le gusta absorber de otros equipos: “Me gusta mucho ir a rodajes… cuando no me toca actuar, muchas veces aparezco para mirar”.
