La historia algún día hablará de manera heroica sobre la historia de System of a Down, una banda que en solo 10 años revolucionó toda una generación con un sonido que, pese a las millones de bandas que surgieron en estos años, ninguna logró siquiera acercarse a la personalidad e innovación que logró la banda californiana.
Pero para entender este fenómeno, primero tenemos una cita con sus orígenes, que explica muchísimo su tan particular sonido que suena a una colonia de Medio Oriente (aunque no lo son, por proximidad geográfica tomaron muchos elementos de la cultura de la región) modernizada con guitarras distorsionadas y unas voces tan poderosas que parecen atravesar todo un desierto para ascender a las altas montañas. La influencia de su descendencia, Armenia, juega un papel fundamental en la caracterización de la banda que hipnotizó al planeta entero.
Serj Tankian, Daron Malakian, Shavo Odadjian, John Dolmayan son los encargados de darle vida a este monstruo que supo ser imparable durante los primeros años de la década del 2000, donde la creciente cultura indie y el nu metal luchaban en una sana guerra por ver cuál era el sonido que dominaría en la juventud. De igual manera, viajamos un rato a los 90 para hablar brevemente de sus verdaderos inicios: tocar en lugares muy pequeños, lanzar diferentes demos con canciones que luego estarían en su primer disco y sumarse a grabar "Hye Enk", disco recopilatorio en conmemoración al genocidio armenio llamado, literalmente, "Somos armenios".
La primera vez que la banda se pondría dulce con el éxito sería con el lanzamiento de su primer disco oficial de título homónimo, más precisamente con la llegada en las radios y la televisión de la canción "Sugar". Irreverente, bastante extraña por momentos y con humor ácido político, llegó para plantar bandera en el mundo de la música. Canciones como "War" y "Spiders" contaron con un éxito moderado, pero lo suficiente para continuar sonando en todos lados.
La olla a presión explotó de manera indefectible con la llegada del nuevo milenio y la consolidación del sonido de la banda con "Toxicity", considerado una pieza fundamental para la evolución del género que le dio al cuarteto el camino de la fama hasta la eternidad. Dentro de este marco, es imposible no escuchar "Chop Suey!" y que no se te erice la piel. Este clásico universal fue más que una canción, fue un patrimonio cultural del sonido versátil, raro y emotivo. Tomado como ya todo un himno del rock, también motivo de diferentes memes, es de las canciones que cambió la forma de consumir música en la nueva era por sus mensajes con doble sentido que incluyó una cancelación de una radio debido al atentado a las Torres Gemelas.
Es difícil imaginar que en el mismo disco tenemos la canción homónima y "Aerials". "Toxicity" es una poderosa canción que habla cómo el caos con el tiempo se disfrazó de rutina y es de las primeras canciones que habló sobre el mal trato que tiene la sociedad con las enfermedades mentales. Completamente adelantados a su época. Por otro lado, "Aerials" es, quizás, la mejor canción del disco, con un tono espiritual y oscuro, desprende un fuego interior único para explotar en la cima de un cielo en caos. Sin dudas, una de las obras de rock más grandes de todos los tiempos. El disco finaliza con una canción oculta, "Arto", una canción de música armenia experimental grabada junto al músico Arto Tunçboyacıyan.
Quizás el disco que sigue, "Steal This Album!", quedó visto como el lado B de "Toxicity" dado el rotundo éxito que tuvo este y el impacto profundo en la sociedad que al día de hoy tiene. Aún así, podemos escuchar canciones como "Innervision" que conserva esa influencia de la música armenia en ellos. "Boom!" es una impactante canción de protesta que, acompañada con su brutal video, es una experiencia completamente diferente. Muchas personas prefieren la versión del video, con las voces de las personas y las imágenes de la manifestación más grande de la historia para decirle no a la guerra y que el mundo necesita paz.
Hay verdaderas joyas ocultas en este disco como "Mr. Jack", una oscura oda en contra de la violencia policial y su abuso de poder.
Como si todavía fuese poco, la banda se preparaba para su mejor momento de creatividad, el punto más alto de su carrera pero al mismo tiempo, el fin de su discografía. En 2005 llegaría al mundo "Mezmerize", una inclasificable y perfecta obra de rock, la consolidación de su sonido y su estilo particular marcado por un concepto psicodélico y ocultista.
Hay tanto en este disco que es difícil empezar por algún punto sin decir que es uno de los mejores discos de todos los tiempos. Si hablamos en términos System, agarró la locura de su primer disco, el poder de "Toxicity", ordenó las ideas de "Steal This Album!", le sumó una nueva personalidad musicalmente esquizofrénica y el resultado una especie de obra de teatro onírica y extraña.
Es difícil hablar de solo 1 canción cuando todas son perfectas. Tenemos la brutal B.Y.O.B., la emotiva "Revenga", la locura que es "Radio/Video", la ópera pesada que es "Question!" (quizás la canción con mejores voces de toda su carrera) y así podría seguir. Lo más increíble de todo es que esto no terminó acá, ya que tan solo 6 meses después llegaría "Hypnotize", el último disco de System.
Encontrar un registro de 2 discos lanzados el mismo año con pocos meses de diferencia es verdaderamente difícil y es aún más difícil cuando ponemos en la balanza el impacto a nivel mundial que lograron "Mezmerize" e "Hypnotize". Lanzado el 22 de noviembre de 2005, el último larga duración de la banda es la culminación de lo que fue "Mezmerize", como cerrar el círculo espiritual que comenzó primero con el fuego (Mezmerize) y finaliza con la introspección (Hypnotize).
El disco continúa con la agresividad del anterior. "Attack", "Dreaming" y "Kill Rock n' Roll" son frenéticas, intensas y llenas de melodías espectaculares. La llegada de "Hypnotize", el primer single, marca el lado más introspectivo del disco. Como no podía faltar, tenemos las canciones que se salen de la cordura como "Vicinity Obsenity" y "She's Like Heroin" que se sienten casi como caer en la locura. Finalmente llegaría la culminación con su himno lento, la desgarradora y emotiva "Lonely Day".
"Soldier Side" es la encargada principal de unir ambos discos, de finalizar esta travesía de guerra, locura y muerte. En este punto ya no hay ironía, no hay nada más que seriedad y un tono solemne que se desprende de cada melodía, es verdaderamente un emotivo final, devastador, donde quedamos solos ante la destrucción total.
Aún duele pensar el potencial de esta banda que, aún 20 años después de su último disco, continúa sonando moderno, inclasificable, revolucionario y vanguardista. La historia lentamente los posiciona como ya una icónica banda, que el mundo colocó en un altar donde no hay nadie, excepto ellos.