Mientras el gobierno insiste en su discurso de "liberar al mercado", la realidad golpea a miles de trabajadores y empresarios en todo el país.
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Desde la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, más de 15.500 empresas cerraron sus puertas, provocando una ola de despidos y comercios apagados en las principales provincias productivas.
La caída no distingue rubros: industrias, comercios y pymes se suman a una lista que crece mes a mes.
Buenos Aires, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires son los distritos más afectados, donde la recesión se volvió parte del paisaje económico.
Los números desmienten la promesa presidencial de que el sector privado absorbería a los despedidos del Estado.
Desde noviembre de 2023 se perdieron casi 100 mil empleos privados registrados, mientras que la construcción y la industria son los sectores que más sufren la parálisis.
La supuesta "apertura al mundo" se tradujo en importaciones que compiten con lo local y en un mercado interno que se achica día tras día.
Las provincias con perfil extractivo resisten un poco más, pero lejos están de generar trabajo genuino o consumo sostenido.