El último reporte del Indec sobre el Mercado de Trabajo revela una dinámica de contrastes: mientras la desocupación muestra un descenso interanual y trimestral, la precariedad de los nuevos puestos de trabajo se agudiza. Según el informe, la desocupación retrocedió al 6,6% en el tercer trimestre, lo que representa una mejora del 0,3% respecto al período anterior.
Si se proyectan estas cifras a nivel nacional, el desempleo afecta actualmente a 1.487.000 personas. Esto implica una reducción de 47.000 desocupados frente al mismo trimestre de 2024 y una caída más pronunciada de 200.000 personas respecto al segundo trimestre de este año.
Oferta laboral y el avance de la precariedad
Un dato clave del último año es el incremento de la población que busca insertarse en el mercado: la tasa de actividad subió al 48,6%, mientras que la de empleo se situó en 45,4%. Si bien el mercado logró absorber este aumento en la oferta de trabajadores, lo hizo a costa de la calidad contractual.
La informalidad laboral no detiene su marcha ascendente, pasando del 42,6% en 2024 al 43,3% en el tercer trimestre de 2025. Este fenómeno coincide con las observaciones de Jorge Paz, investigador del Conicet (IELDE), quien advierte sobre un crecimiento sostenido del empleo "en negro" desde la normalización de las estadísticas oficiales en 2016.
Radiografía de la presión y la desigualdad
Pese a la baja en el índice principal, la presión sobre el mercado laboral —que incluye a quienes tienen empleo pero buscan otro o están disponibles para trabajar más— se mantiene en un elevado 28,7%. La subocupación, por su parte, se ubicó en el 10,9%.
Las brechas estructurales continúan condicionando el acceso al trabajo:
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Género: La desocupación es más severa en mujeres (7,4%) que en varones (5,9%). La brecha de participación también es amplia: 70,1% en hombres frente al 52,6% en mujeres.
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Regiones: La región Pampeana lidera el desempleo con un 7,5%, seguida por el GBA con un 6,8%. En el extremo opuesto se encuentran el Noroeste (4,7%) y la Patagonia (5,0%).
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Calidad: Entre los asalariados (71,9% del total), un preocupante 36,7% no cuenta con aportes jubilatorios.
Educación: la barrera de entrada
El nivel educativo aparece como un factor determinante para la estabilidad. El 60,5% de los ocupados tiene estudios secundarios completos, mientras que solo el 39,4% cuenta con formación superior o universitaria. La situación se invierte en el universo de los desocupados, donde casi siete de cada diez personas poseen un nivel educativo medio o inferior, lo que dificulta su reinserción en un mercado cada vez más informal y exigente.