Según el estudio, desde 2016 los trabajadores argentinos —registrados y no registrados— perdieron en conjunto 126 mil millones de dólares en su participación en la riqueza nacional. De esa cifra, una parte significativa, 26 mil millones de dólares, se habría esfumado solo en los primeros meses del gobierno de Javier Milei.
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El informe advierte sobre un patrón claro a lo largo del período 2016-2024: un sesgo regresivo en la distribución del ingreso, que profundizó la desigualdad. La porción de la riqueza destinada a los asalariados cayó del 51,8% al 44,1%, deteriorando de manera sistemática el poder adquisitivo de la mayoría de la población.
El análisis por períodos de gobierno muestra la evolución de esta tendencia: bajo la gestión de Mauricio Macri, los trabajadores perdieron en promedio 15.155 millones de dólares por año. Durante el gobierno del Frente de Todos, la pérdida anual se incrementó a 29.647 millones de dólares. La situación se agrava aún más bajo la administración libertaria: en su primer año, los asalariados sufrieron una caída de 33.901 millones de dólares.
Salarios estancados, productividad a la baja
El informe también detalla la evolución de la relación entre el salario medio y la productividad. Desde 2020, los salarios reales, ajustados a precios constantes de 2024, se desplomaron un 24,1%, mientras que la productividad retrocedió un 13%. Esto indica que, aunque la economía en su conjunto produjo menos, el mayor peso del ajuste recayó sobre los trabajadores.
Durante la gestión de Cambiemos, tanto productividad como salarios sufrieron caídas importantes (6,4% y 15,1%, respectivamente). Bajo el Frente de Todos, la productividad disminuyó un 4,1%, mientras que los salarios retrocedieron un 5,6%, con una marcada caída durante los años de pandemia. Con Milei, ambos indicadores vuelven a caer: la productividad baja un 3% y los salarios pierden un 5,3% más de su valor real.
Ganancias empresariales en alza
Mientras tanto, el sector empresarial mostró una recuperación notable. El análisis de los balances de 12 grandes compañías que cotizan en la Bolsa de Valores muestra que en 2024 la rentabilidad neta sobre ventas alcanzó el 19,4%, revirtiendo las pérdidas de 2023 (-0,9%). Se trata de un nivel de ganancia superior al promedio histórico desde 2015, y que incluso supera el margen que solía concentrar la cúpula empresarial más poderosa del país.
En un contexto de pérdida acelerada del poder adquisitivo para los trabajadores, el incremento en las utilidades de las grandes empresas pone en evidencia una redistribución regresiva de la riqueza, donde cada vez menos sectores concentran una mayor porción de “la torta” económica.
