Según la séptima edición del Indicador de Integración y Desarrollo, se estima que alrededor de 260.000 personas residen en villas y asentamientos del Gran La Plata, de las cuales 35.000 son niños menores de nueve años que crecen en viviendas sin acceso a servicios básicos como cloacas, gas y electricidad segura.
El estudio, presentado en el auditorio de la Facultad de Derecho de la UCALP, combina datos estadísticos y entrevistas de campo realizadas a lo largo de 2024. Su objetivo es visibilizar la desigualdad estructural que afecta a los sectores más vulnerables y orientar políticas públicas que garanticen derechos elementales como el agua potable, la energía y la conectividad. Sin embargo, los números revelados muestran un escenario alarmante: nueve de cada diez hogares en estos barrios carecen de red cloacal; ocho de cada diez no tienen conexión a la red de gas y siete de cada diez no cuentan con suministro eléctrico seguro.
La precariedad va más allá de los servicios: seis de cada diez viviendas no tienen número domiciliario, lo que dificulta la identificación catastral y el acceso a beneficios sociales. Además, la mitad de los asentamientos tiene escuelas y centros de salud ubicados a más de diez cuadras, sumando obstáculos cotidianos para la educación y la atención médica de miles de niños, adolescentes y adultos mayores.
El informe detalla que en los 262 barrios populares del Gran La Plata viven más de 30.000 chicos de hasta nueve años, otros 35.000 adolescentes y cerca de 31.000 adultos mayores. La situación sanitaria es otro foco de preocupación: siete de cada diez asentamientos tienen calles pobladas de perros sueltos y sitios con recipientes o basurales que favorecen la reproducción del mosquito transmisor del dengue.
Otra dimensión revelada por el relevamiento es la falta de infraestructura básica: el 60% de estos barrios no tiene veredas, acceso a agua potable de red ni conexión a internet, y en muchos casos tampoco cuentan con paradas de colectivos cercanas, lo que limita aún más la movilidad y la posibilidad de acceder a servicios esenciales.
Para elaborar este informe, el Observatorio trabajó en conjunto con referentes barriales, instituciones comunitarias, voluntarios y equipos de salud. Como novedad, se presentó el Mapa del Poliedro, una herramienta digital a la que podrá acceder cualquier vecino a través del sitio web de la universidad para conocer el estado de cada barrio y aportar datos que permitan actualizar y enriquecer la información.
Los resultados dejan en evidencia la urgencia de políticas públicas sostenidas que reviertan esta desigualdad estructural. La carencia de servicios básicos, sumada a la vulnerabilidad sanitaria y la falta de infraestructura, condena a miles de familias platenses a una calidad de vida indigna y refuerza la brecha social en la región.