El presidente Javier Milei viajará en los próximos días hacia Roma, para estar presente en las ceremonias funebres del Papa Francisco, que falleció este lunes a los 88 años, provocando un impacto muy fuerte a nivel mundial.
En la Casa de Gobierno, se ordenó además la suspensión de todas las actividades gubernamentales oficiales, con motivo del duelo nacional, que se decretó por 7 días en todo el país, por el fallecimiento de Jorge Bergoglio. Las banderas tanto de la Casa Rosada como la de Plaza de Mayo estuvieron a media asta, en señal de duelo.
También se suspendieron las actividades de campaña política en el marco de las próximas elecciones legislativas, se cancelaron tanto la realización del congreso de La Libertad Avanza en La Plata como la recorrida prevista para los próximos días junto a Manuel Adorni en territorio porteño.
Por el momento no está confirmada la fecha y hora de partida de Javier Milei hacia el Vaticano, pero el Ejecutivo estaba en plena tarea para disponer todos los preparativos necesarios.
En las primeras horas de la mañana, el presidente publicó un mensaje con motivo de la partida del Papa Francisco a la inmortalidad: “Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí. Como Presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia”, señaló.
Según informaron en el Vaticano, por pedido del propio Papa, sus restos serán enterrados en Santa María Maggiore, en un ataúd simple de madera y cinc, sin báculo papal.
Murió el Papa Francisco: El Vaticano publicó el testamento con su última voluntad
Horas después del deceso, la Santa Sede dio a conocer el testamento que había dejado escrito en vida.
Allí, el papa dejó instrucciones muy precisas sobre su destino final: pidió que lo entierren en la Basílica de Santa María la Mayor, y no en la cripta de la Basílica de San Pedro, donde descansan los últimos pontífices.
“Deseo que mis restos mortales descansen, en espera del día de la resurrección, en la Basílica Papal de Santa María la Mayor”, escribió Francisco, siendo esta una decisión que responde a su cercanía con ese templo, al que solía ir a rezar antes y después de cada viaje.
En el documento también expresó cómo debía ser su tumba: bajo tierra, sin adornos ni placas especiales. Sólo una inscripción breve: Franciscus.
“Solicito que mi tumba sea preparada en el loculo de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza”, señaló el texto, donde también aclaró que no deseaba elementos decorativos ni referencias solemnes.
Incluso dejó resuelto quién pagará por su sepultura: un benefactor anónimo, cuyo nombre no trascendió, pero que fue elegido personalmente por él y se hará cargo de todos los gastos.