Por primera vez en años, el desempleo volvió a ubicarse en el tope de las preocupaciones de la ciudadanía. Así lo revela la última encuesta de la consultora brasileña Atlas Intel, realizada en colaboración con Bloomberg, que confirma un cambio drástico en las percepciones sociales: el 44% de los argentinos considera que la falta de trabajo es el principal problema del país, superando incluso a la inflación (41%) y a la corrupción (35%).
Te puede interesar
El salto es significativo: entre abril y mayo, la preocupación por el desempleo creció 14 puntos, en sintonía con los datos que muestran el cierre masivo de comercios y fábricas en todo el país durante los últimos dos meses. Es un dato que remite a un pasado que parecía superado: el de los años noventa, cuando la convertibilidad contenía la inflación, pero al costo de una desocupación de dos dígitos que desembocó en el estallido social de 2001.
Hoy, la sensación es similar. Un abrumador 74% considera que la situación del mercado laboral es mala, mientras que el 67% opina lo mismo sobre la economía en general y un 62% dice que la situación económica de su familia también es negativa. Además, el pesimismo se proyecta a futuro: casi la mitad de los encuestados (49%) cree que el mercado de trabajo empeorará en los próximos seis meses, y un 46% considera que lo mismo ocurrirá con la economía nacional.
Los datos oficiales lo confirman: el INDEC informó en junio que la tasa de desocupación alcanzó el 7,9% en el primer trimestre del año, el nivel más alto desde la asunción de Javier Milei. Esto se traduce en al menos 1,7 millones de personas sin trabajo. Y el deterioro del empleo va de la mano de una caída alarmante en el tejido productivo: según un informe de Industriales Pymes Argentinos (IPA), entre enero de 2024 y enero de 2025 cerraron más de 12.000 pequeñas y medianas empresas, lo que redujo el total de firmas activas a menos de 500.000, una pérdida que golpea de lleno en el corazón del trabajo argentino.
Pese a este escenario, la aprobación del presidente Milei se mantiene en una especie de empate técnico: un 44,3% aprueba su gestión, mientras que un 44,1% la desaprueba. La imagen personal del mandatario también muestra desgaste, con una baja de tres puntos en un mes (de 50% a 47%).
La encuesta de Atlas también indaga sobre la salud de la democracia argentina. El 65,5% de los encuestados asegura que sigue siendo la mejor forma de gobierno, y valora especialmente tres pilares: elecciones libres y justas (37,8%), la protección de derechos individuales (37%) y la justicia e igualdad (36,9%). Sin embargo, esa adhesión teórica convive con un fuerte malestar: el 56,4% cree que Argentina atraviesa una crisis democrática, y casi la mitad (48,9%) identifica al actual gobierno como la principal amenaza al sistema institucional.
En este contexto, se registra un leve repunte en la imagen de Cristina Fernández de Kirchner, que sube seis puntos y alcanza el 39% de imagen positiva, con una negativa que baja a 56%. Aun así, más de la mitad de los consultados (52,7%) respalda su prisión e inhabilitación política, frente a un 40,5% que rechaza esa medida judicial.
La Argentina vuelve a debatirse entre fantasmas conocidos. Esta vez no es la inflación la que ocupa el centro de la escena, sino el desempleo. Un dato que no solo revela un quiebre en las expectativas, sino que interpela directamente a un modelo económico que, en nombre del ajuste, deja cada vez más gente afuera.
