|

Cerró sus puertas una importante empresa de enlatados y tuvo que echar a 50 empleados

La emblemática conservera Marechiare anunció el cese definitivo de sus operaciones en Mar del Plata, dejando sin empleo a 50 trabajadores y sumándose a la crisis de la industria pesquera. Tras 25 años de actividad, la empresa justificó la decisión por la caída de las ventas, el incremento de costos y la imposibilidad de competir frente al "aluvión de importados".

Viernes, 12 de diciembre de 2025 a las 15 32

Por Redacción

Viernes, 12 de diciembre de 2025 a las 15:32

La clausura repentina de la conservera Marechiare representa un momento crítico tanto para la industria pesquera como para la ciudad de Mar del Plata. Esta planta de procesamiento, que operó por un cuarto de siglo bajo su gestión más reciente, finalizó sus actividades y despidió a 50 empleados. La decisión fue impulsada por la caída de las ventas, el alza de los costos operativos y la intensa competencia generada por los bienes importados. Con este desenlace, la comunidad portuaria pierde un emblema fabril y suma un nuevo ejemplo doloroso de crisis en la economía productiva regional.

La estructura corporativa de Marechiare estaba ligada directamente al Grupo Veraz, un holding argentino enfocado en la captura de langostino y merluza. Este conglomerado es dueño de una de las flotas más grandes del país, además de poseer varias plantas de procesamiento, incluida la conservera que acaba de cesar sus operaciones. Marechiare funcionaba como una filial, y fue excluida de un potencial acuerdo de adquisición que se negoció en 2022 con la multinacional española Nueva Pescanova. Dicho proceso de compra, que finalmente no se concretó, separó expresamente el activo de la conservera, dejándolo fuera de la transacción internacional. Esta situación expuso la falta de interés de inversores extranjeros en este segmento específico de la industria.

El proceso de discontinuidad se desarrolló a lo largo de los últimos meses, pero el cese definitivo ocurrió cuando la compañía detuvo la producción en su planta, lo que conllevó la desvinculación de la totalidad de su personal. Voceros de la dirección informaron que la ausencia de rentabilidad sostenida fue el factor clave detrás de la decisión. “No nos queda alternativa”, declaró Federico Angeleri, director del grupo Marechiare, en diálogo con un medio de Mar del Plata. “Entre la difícil situación que estamos atravesando y que no estamos en condiciones de competir contra todo el aluvión de importados, tomamos la decisión de dejar de producir”.

Durante las semanas subsiguientes, Marechiare mantuvo activa su plataforma de venta en línea con el fin de comercializar los productos remanentes. Desde su sitio web, la empresa comunicó que, una vez entregados los últimos envases a los clientes, su etapa comercial y fabril en el país llegaría a su fin. El mensaje institucional hizo hincapié en el dolor que significó para la firma el cese de los puestos de trabajo y la imposibilidad de sostener una marca con historia. La comunicación oficial señaló: “Hace algunos meses nos vimos obligados a suspender la producción de nuestra planta, golpeados por la caída de las ventas, el aumento de costos y la dificultad de competir con los productos importados. Desde entonces, mantuvimos esta tienda online activa para liquidar el stock remanente. Hoy, con los últimos productos ya en manos de nuestros clientes, llegó el momento de decir adiós”.

El último comunicado de la empresa agradeció la fidelidad de los clientes a lo largo de los años y manifestó que la vocación industrial de la familia propietaria se mantiene intacta, aunque ahora fuera del ámbito de la producción nacional. La posibilidad de un eventual regreso al negocio quedó abierta, aunque adaptada a un nuevo esquema que se ajuste al contexto actual del sector alimentario.

Paralelamente, la dirección de la empresa comenzó a evaluar opciones de reconversión. Una de las alternativas estudiadas por el directorio fue la importación de pescado enlatado, enfocándose en caballa y atún. Esta estrategia implicaría un cambio total del modelo, pasando de la manufactura local a la simple comercialización de bienes traídos del extranjero.

El impacto del cierre de Marechiare resonó profundamente en el sector. Según coinciden especialistas y representantes empresariales, la industria pesquera de Mar del Plata ha estado lidiando con una de las crisis más severas de su historia reciente. El testimonio de Angeleri sugiere que la imposibilidad de competir en condiciones equitativas contra los bienes importados hizo inviable el negocio para numerosas compañías. “Es una decisión difícil. No es algo planificado, sino algo a lo que nos terminan empujando. A veces uno tiene que cortarse una mano para no tener que cortarse un brazo después”, reflexionó el empresario.

“Estamos atravesando una de las peores crisis que tuvo el sector. Hay muy pocos negocios en la actividad que hoy están siendo rentables y por eso la preocupación de todo el sector”, explicó el director del grupo empresarial durante una de sus intervenciones públicas al detallar la situación general del rubro.

Con el cese de actividades de Marechiare, Mar del Plata pierde un referente clave de la industria alimenticia basada en el procesamiento pesquero. Este desenlace deja una marca tanto productiva como simbólica, sumando incertidumbre al conjunto de empresas que siguen operando bajo presiones similares.

Las más leídas

Las más leídas

Las más leídas

Últimas noticias