Las calles del centro porteño volvieron a llenarse de bastones y pancartas este miércoles en una nueva marcha.
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Esta vez, fueron las y los jubilados quienes marcharon desde el Congreso hacia Plaza de Mayo, cansados de cobrar migajas mientras se multiplican los escándalos de corrupción en el Gobierno.
El reclamo se hizo sentir a pocas semanas de que la Cámara de Diputados ratificara el veto presidencial a la ley que buscaba recomponer las jubilaciones.
Una decisión que dejó a miles de adultos mayores con haberes de miseria, sostenida por la votación de bloques de la oposición y la falta de medidas del Ejecutivo.
Protesta de jubilados: denuncias de coimas, haberes congelados y una nueva represión
Entre bombos y cánticos, el enojo se mezcló con bronca política: “Que se vaya Milei, que se vayan los Menem, que se vaya Karina, la coimera”, se escuchó repetidamente en la columna principal.
La referencia apunta al caso Spagnuolo, el cuál involucra al Presidente Javier Milei y a su hermana, además de a figuras cercanas a su gabinete.
A medida que avanzaba la tarde, la movilización frente al Congreso se tornó cada vez más tensa. Disturbios, corridas y enfrentamientos marcaron el clima en las inmediaciones de la Cámara de Diputados.
La Policía de la Ciudad desplegó un fuerte operativo y volvió a poner la lupa sobre la prensa: cámaras golpeadas, cronistas apartados y el infaltable protocolo antipiquetes que termina reprimiendo a quienes menos pueden defenderse.
Lo que había empezado como una protesta pacífica se convirtió en momentos de violencia cuando grupos de manifestantes provenientes de hospitales, organizaciones educativas y sociales se cruzaron con la Policía.
Ante la escalada, las fuerzas de seguridad intentaron dispersar con más represión a quienes reclamaban aumento de haberes y denunciaban corrupción.
Nota en desarollo.